miércoles, 18 de noviembre de 2015

FIDEL GUZMAN SOTO

Del Libro Heroes  relatos de los excombatientes de abril
Yo soy Fidel Guzmán Soto. Conocido ampliamente como Fidel, aunque a partir del 1968, por estrategia política se me dio el apodo de ¨El Morenito¨,  ya que tenía que hacer trabajos políticos  en el interior. 

Yo nací en la casa de Doña Pola, en la calle José Martí, esquina Barahona, en el barrio de Villa Francisca el 23 de noviembre de 1941.
En el año 1943, mis padres se mudaron a la calle Barahona frente al patio de la Escuela Julia Molina. Hice el segundo de primaria en la Escuela  Gerardo Hansen hoy Escuela Cuba.  Al fundarse la Escuela Republica Dominicana ingreso a ella hasta el sexto curso. En el año 1958 paso al liceo Eugenio María de Hostos que era la normal nocturna. Me acuerdo que al salir del liceo en el año 1960, pasábamos por la calle Duarte y en la número 12, estaba el Movimiento Popular Dominicano: MPD; yo y unos cuantos estudiantes nos parábamos dizque a mirar las vitrinas pero era para escuchar los que decían por los altos parlantes en contra de Trujillo.
Un grupo de estudiantes  del Liceo Eugenio María de Hostos y de la Perito Contador que estaba en la calle Luperón con Hostos, hacíamos letreros en los baños de ambos liceos en contra de Trujillo. Varios de esos estudiantes fueron apresados como fue el caso de Nelson Escoto y Braulio Martes. Algunos abandonamos los estudios por un tiempo.
 A partir de esas alocuciones es que empiezo a desarrollar en mí interior un sentimiento político anti trujillista. A pesar de que mi padre Fidel Guzmán Castro, fue unos de los que participo en el movimiento anti trujillista que se dio en los años 1946-47;  Se cuidaba de no hablar contra el régimen delante de sus hijos, pues éramos muy jóvenes.
 Él era carpintero de la Caobera Industrial que era la empresa procesadora de madera más importante del Caribe en ese entonces; era propiedad del tirano Rafael Leónidas Trujillo Molina, pero el general del Ejército Nacional Joaquín Cocco era el testaferro.


¡QUE SE VAYAN LOS TRUJILLOS! ¡QUE SE VAYAN LOS TRUJILLOS!

Al producirse el ajusticiamiento del tirano Trujillo Molina, me sumé activamente a la lucha que en ese momento desarrollaba una gran parte de la población contra los remanentes del trujillato. Participe en las jornadas de luchas de la calle Espaillat los días 19 y 20 de octubre de 1961, en contra de los remanentes del trujillato donde fueron asesinados por ¨los polis guardias¨, los estudiantes Tirso Roldan Vargas Almonte, Rafael Curiel (Pichicote), José Cerda, Dimayo Salcie entre otros;  participe en las caserías contra  los calieses y los paleros de Balá. Desde el gobierno del Consejo de Estado hasta las elecciones del año 1962. Mantuve una militancia activa en el 1J4, a través de sus células políticas y militares.
Así mismo mi padre y sus familiares y amigos que fueron del Movimiento Anti Trujillista de los años 40, convirtieron mi casa en un centro de coordinación para las actividades políticas del momento; principalmente a partir de la llegada del Partido Revolucionario Dominicano PRD, en julio de 1961.
En septiembre  de 1961 Miguel Soto, fundó junto a un grupo de obreros y empleados  el  Frente  Obreros Unidos Pro Sindicatos Autónomos (FOUPSA), primera organización sindical de carácter autónoma nacional;  su local principal estaba en la avenida 30 de Marzo esquina México.   En enero de 1962, yo entro a FOUPSA,  como asistente del presidente; allí hago amistad con el Secretario General Mario Sánchez Córdova, quien a la vez era dirigente del Partido Socialista Popular: PSP. Es cuando Máximo Molina, presidente del Movimiento Popular Dominicano, me designa como  contacto entre FOUPSA y el MPD. Con la división de FOUPSA, provocada por la Embajada de los Estados Unidos, yo salgo de FOUPSA. 
En el mes de mayo, entro a trabajar al recién formado Instituto Agrario Dominicano: IAD; creado  mediante la Ley No. 5879, el 27 de abril del 1962. Su local estaba en la antigua Estancia Radhamés, en el solar donde hoy está el Teatro Nacional.  Hago amistades con varios dirigentes del 14 de Junio que trabajan allí, entre ellos con Rodrigo Losada, José Daniel Ariza, Floreal el españolito, entre otros.
Un  días del mes de mayo, el entonces Sargento de la Marina de Guerra Rafael Gutiérrez Puello, conocido como Puellito, quien fue de los marinos que se fueron a alta mar en una fragata, sublevado contra el intento de Balaguer y Rodríguez Echavarría de quedarse en el poder hasta las elecciones del  año 1962.
Él  y yo, nos entrevistamos con el presidente del Movimiento Revolucionario 14 de Junio. El doctor Manuel Aurelio Tavarez Justo (Manolo), en el local del partido  ubicado en la calle Hostos esquina Conde y nos manifestó la necesidad de la creación de las células del 14 de Junio en el Ensanche La Fe, a lo que  acepte ya que  conocía el sector, pues  desde el año 1957, residía en la calle Juan José Duarte (antigua 27), Numero 34,  con mis padres.

GOLPE DE ESTADO A BOSCH Y ETAPA CONSPIRATIVA
Cuando le dan el golpe de estado al profesor Juan Bosch, el 25 de septiembre del 1963, yo estaba asignado a la oficina del IAD, en la provincia de Nagua. Allá yo era miembro del Departamento Socio-económico; pero ese día yo estaba en la capital o sea en  Santo Domingo visitando a mis padres en el Ensanche La Fe.  A las 5:00 de la mañana del 25 de septiembre, Pepito Bosch, hermano del presidente y vecinos nuestro, ya que vivíamos frente a frente. En la calle Juan José Duarte (antigua 27). Él vivía en una casa de dos niveles donde en la primera planta tenía su taller industrial.  Llama a mis padres los cuales eran muy buenos amigos y le dice que han tumbado a Juanito, nombre con el que él llamaba a su hermano el profesor Juan Bosch.
 Nos levantamos todos y salimos en expectativas, pero no recibimos ninguna respuesta política a tomar. Al aumentar las horas iban aumentando los efectivos militares, policiales y los chivatos; a la vez que se sentía una incertidumbre en la población.
A partir de ese momento la casa de mis padres se convierte en una casa de los conspiradores perredeístas. Se hacían reuniones frecuentes con los diputados Miguel Soto, Miguel Ángel de Camps; los hermanos  Mundito y Emmanuel Espinal, Casimiro Castro, Barón Suero, Yolanda Guzmán y varios dirigentes medios y altos del PRD. A demás una parte de los catorcistas también nos reuníamos  en la casa, para coordinar nuestras propias acciones y a la vez enterarnos de los aprestos conspirativos del PRD. Muchas de las informaciones de conspiración y acciones anti triunviratos, se la hacíamos llegar al Buro Militar del 1J4. A través de German Camarena que era un contacto con ese organismo del 14 de Junio.
Antes del alzamiento a las montañas el 28 de Noviembre de 1963, de Manuel Aurelio (Manolo) Tavares Justo y el grupo que lo acompañaba,  yo hice contacto con el Buró Militar del 14 de Junio, específicamente con Baby Mejía, Luis Parris y German Camarena. Yo tenía dos células militares constituidas, las cuales funcionaban paralelas a la célula de dirección del 14 de Junio, en el Ensanche La Fe; una de cinco personas y otra de cuatro.  Desde los días que se insurreccionó  en las montañas el 1J4, tanto las células militares como las de organización, en el Ensanche La Fe, participaron en todas las actividades que trazaba la Dirección de Organización del Distrito Nacional, como las que emanaban del Buro Militar. 
En el mes de enero de 1965, se reúne José Francisco Peña Gómez con el entonces Coronel Rafael Nivar Seijas, en mi casa de la calle Juan José Duarte, (antigua 27), número 34, casi esquina Francisco Villaespesa.  Reunión coordinada por Miguel Soto a través de Femelón Contreras. En esa reunión estaban Miguel Ángel de Camps, Miguel Soto y mi padre Fidel Guzmán Castro. La reunión fue a las 12 de la noche. se creó  una guardia de vigilancia donde estaba Ismael Guzmán, luchador de lucha libre conocido como ¨El Bucanero¨, Lelo Abad y yo.
Esa noche el Coronel Nivar Seijas, puso como condiciones, para apoyar el movimiento pro derrocamiento del Triunviro y el regreso de Bosch;  Dejar entrar al doctor  Joaquín Balaguer, para que participara en las elecciones y eliminar a los dirigentes de Unión Cívica.
Yo participe en todas las jornadas de lucha en contra del Triunvirato tales como por la libertad de los guerrilleros del 1963 y la no deportación de los mismos. Las movilizaciones estudiantiles, los micro mítines y mítines; el movimiento huelgario que arranco en los primeros meses del año 1964, así como el Congreso Obrero de los días 5, 6 y 7 del mes de marzo de 1965.

24 DE ABRIL DE 1965 INICIO DE LA REVOLUCION
En el momento  en que José Francisco Peña Gómez, daba su acostumbrada alocución por Radio Comercial, en mi casa había un grupo de compañeros tanto del PRD, como del 14 de Junio que siempre nos reuníamos para escuchar a Tribuna Democrática; tan pronto José Francisco Peña Gómez, anunció el levantamiento de los militares constitucionalistas.   Manolo Pombo, un español Republicano que era colaborador del 1J4, el cual tenía un camión y empezó a sonar la bocina y se fueron acumulando gentes del barrio. Llenamos el camión de gentes y salimos por todos los barrios de la capital. Llegamos a la calle el Conde y luego en la Mercedes con Duarte una patrulla de Casco Blancos nos haces presos con todo y camión y nos llevan a la Fortaleza Ozama.
Éramos como 30 personas y amanecimos en la fortaleza hasta el otro día 25 de abril en la mañana; cuando el Coronel Despradel Brache, nos reunió a todos en el patio de la Fortaleza. Habíamos más de trecientos detenidos. El  Coronel nos arengó diciéndonos  que no fuéramos tan tontos, que no nos dejáramos engañar por un grupito de militares rebeldes. Que todo estaba bajo el control del gobierno. Que él nos iba a dar la libertad, pero si caíamos presos otra vez, las cosas iban a hacer diferentes. Como a las 10 de la mañana nos dieron la libertad. 
A las 3 de la tardes de ese día 25 de abril, un grupo del Ensanche La Fe, cogimos para el Palacio Presidencial a pies. En el camino veíamos muchas gentes caminando hacia el Palacio. Cuando llegamos todas las calles aledañas estaban repletas de gentes y el jardín del palacio también. Al empezar el bombardeo como a las 5 de la tardes, muchas personas penetraron al Palacio. Yo fui uno de esos y estuve allí hasta las 7 de la noche.
El 26 de abril, desde temprano de la mañana salimos un grupo de militantes políticos y gentes sin partido del ensanche La  Fe, hacia el Puente Duarte también a pies. Algunos armados con bombas de fabricación caceras, cuchillos, machetes, puñales y revolver.
Una vez allí, estuvimos hasta las 1 de las tardes, haciendo diferentes trabajos productos del momento. El Capitán Peña Taveras, junto a otros militares constitucionalistas dirigía las operaciones.

FORMACIÓN DEL COMANDO CUCARACHA 20
Ya en el Ensanche La Fe, como a eso de las 6 de la tardes del 26 de abril, se me aparece Bolívar García, mejor conocido como Juan Miguel García, a mi casa con un fusil Máuser y 150 tiros y me dices: ¿qué vamos a hacer ahora?
Juan Miguel García y yo éramos amigos desde finales de los años 50, en el Ensanche La Fe. Después del ajusticiamiento de Trujillo, él trabajaba en un estudio fotográfico en la avenida Máximo Gómez casi esquina Mauricio Báez,  frente al Restaurant Maxim. Y me conseguía los cartuchos vacíos donde venían los rollos de películas fotográficas y con ellos preparábamos las bombas de estruendos.  Así mismo logre que se convirtiera en un cooperador del 14 de Junio. Antes de haber ingresado a la Fuerza Aérea como fotógrafo en el año 1963.
Después de la guerra de Abril, mi padre Fidel Guzmán Castro, lo integro al Partido Revolucionario Dominicano: PRD. En el gobierno de Antonio Guzmán (1978-1982), fue Cónsul y  Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la Republica Dominicana en Japón.
Yo empecé a contactar a los compañeros del 1J4 del sector, que sabían disparar.  Fui donde León Bosch, hijo mayor del derrocado Presidente Juan Bosch,  que tenía una pistola Mis Wesson calibre 32; donde Estevita, que había sido marino y tenía un revolver calibre 38;  además contábamos con una ametralladora Cristóbal; bombas caseras de niples, molotov y bombas  de estruendo affa.  
El 26 en la nochecita nos constituimos en comando. Amanecimos de retenes en las azoteas de dos colmados que estaban ubicados en la esquinas Francisco Villaespesa con Juan José Duarte, antigua 27, del Ensanche La Fe, los compañeros Juan Miguel García, Fidel Guzmán, León Bosch,  El Bucanero, Adalberto Gutiérrez, Johnny Maríñez, Lelo Abab, Estevita,  Carlos Campusano, Monchy Abreu,  Rafael Guzmán (Chalengo) y otros.
Al otro día 27 en la mañana, vamos Juan Miguel García y yo donde Doña Leonor, la propietaria del Cabaret La Culebra, que estaba en la calle Francisco Villaespesa, donde hoy está la Academia La Trinitaria. Le explicamos en lo que estábamos y les solicitamos en préstamo el salo de baile del cabaret, para el asiento del comando;  a lo que ella gustosamente acepto.
A las 10 de la mañana,  en el mismo lugar escogimos a Juan Miguel García como el comandante, por sus entrenamientos militares; yo quede como el comisario político, por ser el dirigente del 14 de Junio en el Ensanche La Fe.
A las 12 del mediodía, almorzamos un suculento sancocho hecho por mi madre Laura Antonia Soto, conocida en el sector como Mamá Toña.
Tan pronto se sabe que tenemos un local van llegando jóvenes de todas las ideologías políticas, principalmente perredeístas, captorcitas y emepedeistas.
En hora de la tarde salgo para donde Cucuyo Báez,  al sindicato de los trabajadores de la Manisera, en la calle 21 de Villas Agrícolas. A buscar orientación política ya que él era el orientador político de las células del 14 de Junio en la parte norte de la capital. Me da las orientaciones político-militar y en  seguida  me entrega una pistola española marca Estar calibre 38.
 Desde el mismo día 27 los integrantes del comando así como los comandos aledaños, tuvimos enfrentamientos casi permanentemente con tropas del CEFA y la policía, en las zonas aledañas al Ensanche La Fe, avenidas San Martin, Máximo Gómez, Ortega y Gasset; por los alrededores de la Manicera, Intendencia y Transportación.
Ese día en la noche, Juan Miguel García y yo nos ponemos de acuerdo con crear una contraseña para que  en el transito nocturno se puedan identificar a las personas al pasar por nuestra zona. Juan Miguel García me dice el santo será Cucaracha y la seña 20. De ahí lo de Cucaracha 20.  Yo me encargue de ir a todos los comandos para informarles que a partir de las 8 de  la noche los centinelas iban  a decir: ¡Quien Vive! El transeúnte responde: - ¡Cucaracha! El retén contesta: ¡Vente! Y lo deja pasar.
 Esto es una anécdota.  Una noche el cocinero  del comando de nombre Antonio, que era homosexual salió hacer la compra para la cena y al regresar ya eran las 9 de la noche. El retén le dice: Quien vive, y  Antonio que se le había olvido la contra seña y  dijo: rana, araña.  El retén volvió y le preguntó: Quien vive.  Y Antonio, asustado le contesta: lagarto. El retén le dice: a las tres es la vencida y disparo. ¡Quien vive!  Antonio nervioso le grita! Coño!  Soy yo, Antonio, el maricón  que le cocina a ustedes y ahora no me conocen!
el 28 de abril en la mañana, estando reunido con un grupo de combatientes del Comando de Blanco Peña, en  el parquecito de La Javilla en la Avenida San Martin, en el Ensanche La Fe; uno de los combatientes,  me  cambio su fusil G-3, con tres cargadores por mi pistola. Según me dijo él quería algo más liviano ya que ese fusil  pesaba mucho. Desde entonces hasta el día 18 de mayo al medio día, fue mi arma de reglamento.
El 28 en la tarde en los enfrentamiento que tuvimos en la Manicera y el área del Cementerio es donde  el combatiente Niño Cruz, obtiene un fusil Fal.  Desde ese momento se integra al grupo armado del Comando Cucaracha 20.  Les decíamos Niño el Cojo ya que cojeaba del pie derecho. Era un centurión en las contiendas. 

INGRESO DE LA RUBIA  AL COMANDO CUCARACHA 20
El 28 de abril en la noche me llevan una mujer detenida que al parecer había violado algunas de las normas que el comando tenía establecida en la zona; era joven, blanca, rubia y llenita. Andaba con un pantalón verde olivo y una camisa color caqui. Al otro día como yo era el Comisario Político, la mande a buscar y empecé a orientarla sobre el momento político que estaba viviendo el país  y cual debía de ser el papel de la mujer en una   revolución. Ese mismo día ella ingreso al comando. Yo le di un fusil Máuser; se llamaba Mercedes Ramírez,  su apodo de guerra: ¨La Rubia¨. Era la única mujer combatiente que tenía el Comando Cucaracha 20. Dio clase de valor, patriotismo y compañerismo; en todas las batallas que tuvimos nunca dejo un compañero herido o muerto en el combate. Fue un combatiente excepcional. Es bueno señalar que aunque solo la Rubia era la única mujer combatientes en el Cucaracha 20, habían otras compañeras en el comando que hacían diferentes actividades. Podemos mencionar a Mamá Toña, Doña María Lachapelle, Beatriz (la Obrera), Atenea López y su hermana y otras más.

LA TOMA DE LA FABRICA DE CLAVOS ENRIQUILLO
Después de la toma de la Fortaleza Ozama, se hizo intento de tomar el Palacio de la Policía, pero fue impedido por las tropas de intervención. Quienes salieron con grandes tanques, carros de asaltos y jeeps con cañones 105 ml. Tuvimos que replegarnos pero ese mismo día 30 de abril, los guardias del CEFA, acantonado en la Fábrica de Clavos Enriquillo, dispararon hacia el comando Cucaracha 20, hiriendo a tres compañeros combatientes. Es cuando decidimos sin consultar con el Estado Mayor Constitucionalista, tomar la Fábrica de Clavos. Ya que antes habíamos pedido permiso para llevar la operación y el Estado Mayor la había rechazado.
Para la operación, tuvimos refuerzos de los comandos de los barrios aledaños tales como Villa Juana, Villas Agrícolas, Villa Consuelo y el comando de la calle Juan de Morfa, dirigido por Roberto Duvergé y Amiama Vargas dirigentes del 1J4. Los combates empezaron a las 5 de la tardes y a las 6:30 habíamos tomado la fábrica y neutralizado a los soldados ocupantes; un  total de veinticinco. Inmediatamente llamamos a la Jefatura de Estado Mayor, al Coronel Héctor Lachapelle Díaz, para informarles de la situación, el cual nos dijo que no les hiciéramos daños, ni los despojáramos de sus armas cortas. Que los dejáramos ir en los mismos vehículos que ellos habían llegado. Y así los hicimos.
Tenían muchos fusiles, granadas y proyectiles en sus cajas. Lo que indica que se estaban preparando, llevando a la fábrica material bélico  para una gran ofensiva en nuestra contra. Muchas de esas armas las repartimos entre los comandos participantes.
A partir de ese momento el Comando Cucaracha 20, era el comando mejor armado de la parte norte de la ciudad de Santo Domingo.
Empezaron a llegar nuevos combatientes civiles y militares para formar parte de nuestra tropa de combate. Llegando a tener 78 combatientes bien armados incluyendo una mujer. Algunos de los militares del comando, habían sido capturados en las refriegas  y luego de un trabajo de concientización se integraban de lleno en la acción del comando; incluso uno de ellos lo reclute para la operación de San Francisco de Macorís. Un día capturamos a un militar yanquis, que supuestamente se había extraviado. Le quitamos el jeep el fusil y la pistola que portaba y lo entregamos a la Cruz Roja.

ATAQUE SORPRESIVO DEL CEFA EL 10 DE MAYO DE 1965 A LOS COMANDOS CUCARACHA 20, EL BLANCO PEÑA Y EL PASITO POLANCO

El 10 de mayo a las 3 de la tarde, los guardias que estaban acantonado en Transportación y el Hipódromo Perlas Antillanas, inician la primera gran ofensiva contra el Comando Cucaracha 20, el de Blanco Peña y el de Pacito Polanco. Vienen bajando desde la Ortega y Gasset hacia la Máximo Gómez con un batallón a pies y la infantería de blindados al frente.
Esa tarde peleamos en todo el Ensanche La Fe, por los patios y callejones. Yo quede entrampado en un patio ubicado en la manzana entre las calles 27 y 29 con Mauricio Báez y Paraguay. 
Los combates son tan intensos que los combatientes constitucionalistas, se ven obligados a cruzar la avenida Máximo Gómez y pedir esfuerzos de los demás comandos, pues la capacidad de fuego del enemigo era muy superior a la nuestra.
 En horas se reagrupan y organizan un contra ataque, resurgiendo como arte de magia  por todas las boca calles decenas de combatientes, verdaderos  guerreros; iniciándose un contra ataque donde los guardias del CEFA, se ven obligado a  huir desordenadamente con todos los jeeps y tanques blindados hacia el hipódromo, Intendencia  y Transportación. 
En esos fieros y heroicos combates se destacaron los combatientes constitucionalistas: El Curita (fusilado en el tronco de la javilla), Juan Miguel García, Rafa Gamundy, Niño Cruz, Blanco Peña, Domingo de la Mota, el ex pelotero Amor Díaz, Carlos Campusano, La Rubia, Cuqui Fernández, Arturo Mesa, José Manuel de la Mota, Gilberto Veras Regulis, apodado Motica, El Bucanero, José Leal, Monchy Abreu, Blanco Peña, Tumulito, Antonio el guardia, Pacito Polanco, Fidel Guzmán y muchos otros más.
 Gilberto Veras Regulis (Motica), fue el gran centauro operando una ametralladora calibre 30 ml, desde un jeep, manejando y disparando a la vez,  por todo el lindero izquierdo de la Ortega y Gasset, hasta Transportación, produciéndole decenas de bajas al enemigo. Con esa máquina de guerra se pasó toda la noche.

EL  FUSILAMIENTO EN LA MATA DE JAVILLA DE LA CALLE MAURICIO BAEZ.
Ese día 10 de mayo,  pusimos dos retenes en la esquina Mauricio Báez con Juan José Duarte (antigua27); El compañero Carlos Campusano, con dos granadas de mano y el compañero apodado El Curita, con un fusil Máuser. Son atacados desde la Paraguay con Juan José Duarte (antigua 27),  por un grupo de guardias y por la Mauricio Báez esquina Juan Alejandro Ibarra (antigua 29), con dos tanques. El Curita, se atrinchera en la mata de javilla, (que está todavía en la calle  Mauricio Báez casi esquina Juan José Duarte),  mientras que Carlos Campusano sube al techo del edificio de dos niveles que queda detrás de la mata de javilla.
Los guardias que avanzan desde la Paraguay con Juan José Duarte (antigua 27), hacia a la esquina Mauricio Báez con Juan José Duarte (antigua 27) y les lanzan sendas granadas a El Curita, que se encuentra semis protegido por la mata de javilla; pero se ve obligado a penetrar a uno de los apartamentos del edificio de dos niveles detrás de la mata de javilla.  El edificio es inmediatamente rodeado por dos tanques de guerra y un sin números de soldados del CEFA. Los soldados rompen las puertas de los apartamentos y logrando sacar a El Curita y a cuatro civiles, no combatientes que vivían en el edificio. 
 En eso sacan a un inquilino con un niño de meses en los brazos, heridos por los fragmentos de granadas. Un guardia, le arrancan el niño de los brazos y lo tira al suelo. La  madre que asustada llora impávidamente, lo recoge y es amenazada con ser fusilada. El esposo se llamaba Eduardo Gómez, quien es sumado al grupo y llevado al tronco de la mata de javilla donde son ametrallados por varios soldados del CEFA.  Bajo las miradas impotentes de cuatro niños que ahora quedan huérfanos y la madre apodada Chichí, que ha perdido a su esposo.  Todavía al otro día 11 de mayo,  lloraba recostada del cadáver mutilado en el tronco de la javilla.


OPERACIÓN LIMPIEZA
El 15 de mayo fue que arranco el desesperado y genocida plan denominado ¨Operación Limpieza¨. Ideado por los asesores militares norteamericanos y ejecutado por el Gobierno de Reconstrucción Nacional y el Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas CEFA. Los primeros comandos atacados son el Cucaracha 20, el Blanco Peña y el Pacito Polanco, que éramos los más próximos a Transportación e Intendencia del Ejército, al Hipódromo Perlas Antillana, al Cementerio y la zona Industrial de la avenida Máximo Gómez.
Después de varias horas de fieros combates, nos vemos obligados a cruzar la avenida Máximo Gómez.  En ese momento hieren en la pierna derecha, al comandante Juan Miguel García. Aun así, él se parapeta en un tanque MX que no tenía municiones y sigue combatiendo al enemigo que avanza con todo lo que tiene: tanques, jeeps de asaltos, camiones blindados, tanquetas,  helicópteros, bazucas;  más de mil efectivos y la logística del ejercito yanquis de intervención de su lado. 
Nos concentramos en el barrio de Villa Juana, en la calle Summer Well (antigua 21),  entres las esquinas  Mauricio Báez y Paraguay. Coordinamos entrar por la calle Américo Lugo, con un tanque MX, que les aviamos cogido prestado al comando de Villa Consuelo. Los combatientes íbamos detrás. El tanque no tenía proyectiles, pero los enemigos no lo sabían. Lo iba conduciendo un combatiente apodado El Chino y otro cuyo nombre no acuerdo ahora. Freddy de la Rosa, a quien le llamábamos Freddy el Pintor, iba encima con un Fal. Llegando a la puerta del cementerio que da a la calle Américo Lugo, el tanque fue impactado por un disparo de bazuca. El Chino y el que iba con él,  quedaron con graves quemaduras en el cuerpo  y Freddy el Pintor, con las dos piernas mutiladas. El combatiente apodado Pipí la Guerra lo llevo al hospital Morgan.
Después de ese accidente, yo y un grupo nos fuimos al Comando de Villas Agrícolas, que lo dirigía Cucuyo Báez y González Espinosa (Guayubin).  Una vez en el Comando de Villas Agrícolas, ya había una coordinación  con los demás comandos de la zona norte, para preparar el contrataque al Cementerio de la Máximo Gómez que había quedado en manos de los del CEFA. Duramos 5 días de intensos combates sin tregua desde el  14 hasta el 18 de mayo;  día y noche peleando por el control del cementerio como punto estratégico. Desde los combates en el cementerio, hasta el día 18 en la tarde, no hubo un solo momento de tregua, los combates contra las tropas del CEFA, se producían calle por calle, callejones por callejones.


RETIRADA HACIA CIUDAD NUEVA
Bajo zafarrancho de combate,  fuimos a parar a la calle 17 con avenida Duarte, donde estuvimos dándolo el todo por el todo hasta el 18 de mayo, cuando recibimos la orden del Comando Central del 14 de Junio de retirarnos hacia Ciudad Nueva.
El Comandante Cucuyo Báez, ordena recoger las armas automáticas a un equipo de combatientes preparado para esos fines. Y  el 18 de mayo en la tardecita cada cual por su cuenta va cruzando el Cordón de Seguridad. A las 4:30 yo llegue al Cordón de Seguridad que tenían los gringos en la Avenida Teniente Amado García Guerrero esquina avenida Duarte. Ya lo habían cerrado. Me dijeron que lo abrirían a las 5:00 de la tarde. Fue cuando cojo por la Concepción Bona, subiendo  hacia la Bartolomé Colon en Villa Consuelo, donde un tío,  a cambiarme la ropa que estaba demasiado sucia de 5 días con sus noches  de combates.
  Cuando llego a la calle Bartolomé Colon, en la cuartería donde vivía mi tío no había nadie.  Abro una llave de agua,  que había en el patio, bebo y me lavo la cara; al salir veo un guardia en la casa del frente que me llama apuntándome con un fusil Fal.  Cuando voy me pregunta que  yo hago ahí, a lo que yo le contesto que yo vengo de los Alcarrizo a ver un tío mío el cual desde que estalló la guerra no lo hemos visto. Después de mucho interrogatorio me deja ir. Ya toda esa zona estaba siendo militarizada por el CEFA. Se escuchaban grandes detonaciones de los combates en el Mercado de Villa Consuelo y sus alrededores.
Vuelvo al Corredor de Seguridad con más miedo que vergüenza porque tengo las ropas que llevo puesta sucias, pero al llegar un gringo me revisa y me dice ¡Get the  fuck, out of here, man! Y sigo caminando hacia el parque Enriquillo. Allí una Avanzada Constitucionalista me interroga. Al llegar a la calle Benito me encuentro con Miguel Ángel de Camps, y me dice ¡Muchacho, donde estaba metido?, pensábamos que te habían matado! Me lleva a la calle Arzobispo Porte donde vivía Paulú. Allí entré al baño me bañé y lave las ropas, la cual me las puse semis mojadas. Ese mismo día en la noche, me llevaron al Comando San Lázaro. Una vez allí, me dedique a buscar a los compañeros del Cucaracha 20 que estaban en la Zona Constitucionalista. Nos juntamos como 10 en la Clínica Adelaida, en la calle Duarte,  donde estaba interno el Comandante Juan Miguel García, recuperándose de las heridas recibidas el 14 de mayo.
El Coronel Héctor Lachapelle Díaz, nos ubica en un casa colonial de dos niveles, en la calle Hostos por los frente del Hotel Comercial. Nos manda al Capitán de la Aviación Lorenzo Sención Silverio, como Comandante. El Comandante Silverio, nos dice que a partir de ahora ustedes no son  un comando civil sino militar, bajo la dependencia de los militares Constitucionalista; con los rigores de la disciplina militar.
Éramos los encargados de la seguridad de los funcionarios del gobierno Constitucionalistas y periodistas que estaban hospedados en el Hotel Comercial.  Somos nombrados Blanco Peña, un combatiente apodado Tumulito y yo como Segundo Oficiales de Reten.

MI PARTICIPACIÓN EL 15 Y 16 DE JUNIO DE 1965.
El 15 de junio de 1965,  en la madrugada a mí me tocaba ser el  Oficial de Reten de 12 de la noche a 6 de la mañana, en el Comando del Hotel Comercial, en la calle Conde esquina Hostos.
Yo tenía un fusil Máuser pequeño, ya que el fusil mío un G-3, lo había mandado para San Francisco de Macorís. A las 9 de la mañana se empiezan a oír disparos que se van intensificando según van pasando  las horas.
Como a las 11 de la mañana, los que estábamos sin servicio, subimos por la calle Hostos con un grupo del 1J4 y varios combatientes de diferentes comandos. Al llegar a la esquina Las Mercedes, los hicimos tomándole el tiempo a una ametralladora M-60mm que tenían los gringos instalada en lo alto de Los Molinos, manteniéndonos a rayas en esa esquina donde no podíamos cruzar libremente. Llegamos hasta la Ruina de San Francisco, en el barrio de San Antón.
 Después de dos horas, baje al Comando porque tenía como tarea principal la custodia de los legisladores, periodistas y funcionarios constitucionalistas hospedados en el Hotel Comercial.
A eso de las 6 de la tarde,  subimos Blanco Peña, Tumulito y yo a la torre del edificio Baquero, ubicado en la calle el  Conde, para disparar desde allí a Los Molinos. Donde estaban atrincherados los francotiradores de la 82ava División Aerotransportada: John Smith, Wilson y Lucas. Que eran parte de una brigada de francotiradores yanquis.
Coordinamos hacer un disparo y bajar.  Hasta llegar a la cuenta de tres disparos cada uno. Pero solo pudimos hacer uno cada uno. No terminando bien de  bajar el último de los tres, una andanada de plomos de ametralladoras M-60 y 50mm, desfiguraron la fachada de la torre del edificio Baquero.
 Según los rumores entre los soldados yanquis, los rebeldes  constitucionalistas tenían muy bueno francotiradores;  ya que los soldados muertos tanto yanquis  como del CEFA, en su gran mayoría eran con proyectiles de fusiles  Máuseres. Cuyo alcance es mayor que el  de un  M-16.
El 16 de junio, subimos tempranos un grupo. Yo estuve por algunas calles del barrio de San Antón, hasta el mediodía.
Recibimos la orden del Estado Mayor y del Comando del 1J4, de recoger todos los cartuchos vacíos para rellenarlos de nuevo, porque se estaban escaseando los proyectiles.


PREPARATIVO PARA SAN FRANCISCO DE MACORIS.
En la primera semana del mes de junio de 1965, el Comando Central del 14 de Junio, nos convoca a un grupo de combatientes fogueados para coordinar acciones de comando en la retaguardia del CEFA, y de las tropas invasoras. A mí me toco en 3 ocasiones hacer trabajo de inteligencia como preámbulos de acciones militares. 
En esos mismos días el compañero Homero Hernández y Alfredo Conde, vienen a visitar a Blanco Peña y a mí  al Comando del Hotel Comercial, para informarnos el plan de extender la revolución a otros lugares, fuera de la capital plan que cuenta con el respaldo del gobierno Constitucionalista de Caamaño; el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, el Partido Revolucionario Dominicano,  el Movimiento Popular Dominicano, El Partido Revolucionario Social Cristiano y el Partido Socialista Popular.   Nos encargan el reclutamiento de algunos de los mejores francotiradores del Cucaracha 20 y de otros comandos de la parte norte de la ciudad de Santo Domingo;  para enviarlos a San Francisco de Macorís. 
Empezamos a entrenar 12 compañeros donde estaban Blanco Peña, Tumulito, un guardia llamado Adriano y yo. Hera  un entrenamiento especial que consistía en arme y desarme de fusiles y ametralladoras 30 y 50; operación y arme y desarme de bazucas; prácticas de tiros fijos con miras telescópicas y sin miras telescópicas y unas series de entrenamientos físicos de resistencias psicológicas  en situaciones de alta peligrosidad.  Mi grupo estaba listo para partir el 17 de junio. Todos estábamos preparados para pasar como periodistas, con nuestros respectivos documentos y herramientas para teles fines. Los acontecimientos del 15 y el 16 de junio, nos hizo posponer el viaje.
Los encargados de trasladar y ubicar los combatientes y las armas en San Francisco de Macorís, eran los compañeros Leal Prandy conocido como La Chuta, Luis Parrish, Tolingo, Virgilio, Sagrada Bujosa, Cristinita Díaz, Teresita Espaillat y otros.
Salimos el 18 de junio para San Francisco de Macorís, Blanco Peña, el administrador de la telefónica de San francisco de Macorís y yo. El vehículo tenía el membrete que decía ¨PRENSA¨. Iban con documentación de periodistas Luis Parrish y Cristinita Díaz; fueron los  que nos llevaron.  
A Blanco Peña lo dejamos  en la finca del padre de Arlette Fernández; al Administrador de la Telefónica, en la ciudad, pues él era de allí. A mí me llevaron a la casa de Doña Nenita Pichardo, la esposa del poeta Antonio Chaveve; mientras me ubicaran en la casa de su hermano Jorge Pichardo, que era el lugar donde yo iba a estar  hasta el día de los asaltos a la Fortaleza y al Palacio Policial provincial.

LOS DIFÍCILES MOMENTOS VIVIDOS EL 24 Y 25 EN SAN FRANCISCO DE MACORIS
El 24 de junio a las 5 de la tarde Homero Hernández que estaba hospedado  junto con Bienvenido Leal Prandy, conocido como La Chuta, Marcelo de la Cruz e Ivelisse Acevedo; al lado de  donde yo estaba hospedado, me dice que me acostara temprano porque al otro día en la madrugada iba a hacer el alzamiento y que me iba a mandar a buscar en la noche. Cene y me acosté.
Como a las 12 de la noche ciento un ruidos de vehículo. Era un jeep que se paró frente a la casa donde yo estaba y el ruido me despertó. Me levanto, me pongo las botas, pues me acosté con la  ropa puesta; pensando que es Homero, que me ha mandado a buscar. No salgo de una vez. Si no que entre abro lentamente la persiana para ver y lo que veo es unos   policías con linternas enfocando el vehículo Chevrolet azul que esta estacionado frente a la casa que es el vehículo que tiene la bazuca.
Uno de los policías  dice: -Teniente vamos a  allanar esa casa para ver de quién es ese vehículo- El teniente le contesta: -no, vamos a buscar refuerzo y volvemos-.  Se van.
Yo salgo por el patio de la casa y me dirijo a la casa donde esta Homero Hernández y el grupo. Encuentro a Homero en la cocina junto a los demás haciendo una lista para la distribución de los hombres. Les pregunto que si ellos no sintieron un jeep de la policía,  que se había parado hacia unos segundo y me dicen que no. Entonces yo empiezo a explicarle. Inmediatamente Homero  autoriza a Bienvenido Leal Prandy  (La Chuta),  Marcelo de la Cruz y a Ivelisse Acevedo que cojan el vehículo Chevrolet azul que es donde estaba la bazuca y que se vayan conmigo al lugar donde teníamos que desarmar los asientos para sacar la bazuca y  los proyectiles y me dice: -Mas tarde te mando a Franklin Rancier, que va hacer tu artillero.
El lugar acordado era un garaje situado próximo al Cuartel de la Policía de San Francisco de Macorís. En ese lugar sacaríamos del escondiste preparado en el vehículo, la bazuca y los proyectiles de la misma. El plan era hacer algunos disparos de impacto directo a puntos neurálgicos del cuartel policial, para lo Cual necesitaría de Franklin Rancier y un par de combatientes que debían protegernos; pues tanto el bazuquita como el artillero en el momento de la acción quedan casi desprotegidos.  Luego de esta operación Marcelo de la Cruz nos trasladaría en el vehículo al área de la fortaleza del Ejercito Nacional, para hacer varios disparos; los proyectiles que llevamos eran de demolición de edificaciones.
Cuando llegamos al lugar, Marcelo de la Cruz que era el chofer, cuadra el vehículo para entrarlo al garaje y le dice a La Chuta que baje para abrir la puerta del garaje. Cuando La Chuta baja y está introduciendo la lleve, sentimos que se nos están acercando dos jeeps de la policía y en eso salimos todos del vehículo. La Chuta, tiene tiempo de escabullirse por los callejones del sector. Marcelo y yo huimos casi una cuadra de patio en patio; de casa en casa, hasta caer en un patio que tenía un callejón sin salida. Desde ahí sentíamos a la policía rodeando todas las manzanas y allanando las casas.
Cuando los policías llegan a la casa donde nosotros estábamos escondidos; levantan a todos los moradores  y al entrar al patio, nos sorprenden en el callejón. Estábamos  desarmados,   no hicimos resistencia.
Dio la coincidencia que donde estamos era el patio de la casa de Doña Nenita Pichardo. Quien sale al patio en el momento donde un sargento nos tiene contra la pared y soba la carabina y me la pone en la cabeza. Doña Nenita, se para en medio del sargento de la policía  y nosotros  y grita: -¡Yo no voy a permitir eso en mi casa!  Eso es un abuso tanto policía para dos hombres desarmados- El teniente ordena que nos saquen. Montan en el jeep a Marcelo primero, luego a mí. Al tirarme en el jeep, caigo a boca abajo, el sargento que nos iba a matar me da un culatazo en la espalda  y se le zafa un tiro de la carabina. El teniente lo desarma y nos llevan al cuartel.
En el Cuartel policial  el jefe era el Coronel Ramón Soto Echavarría. Cuando llegamos estaba interrogando a Ivelisse Acevedo. Para llegar a su despacho había que pasar por una fila india formada por más de vente  policías con garrotes; los cuales nos iban dando garrotazos por todo el cuerpo hasta llegar donde Ramón  Soto Echavarría. Ahora Soto Echavarría, ebrio de odio y alcohol con los ojos y la voz de un demente nos interrogaba voceando palabrotas impublicables. A todo esto nosotros sangrando y sin aliento. Decimos que estábamos de tránsito.
Entonces furioso, colérico, fuera de sí; Ordena a los policías que nos den otra tanda de garrotazos  antes de trancarnos. En eso un capitán  lo aborda diciéndole: -¡Comandante y tan pronto?-  Entonces él le responde: -¡Repíquenlo al entrar a la celda!- cuando llego a la celda, caigo de un garrotazo en los pies de Baldemiro Castro. Un  policía con el uniforme gris manchado de sangre y sudor, arremete contra los dos aun en la celda. Billo Gómez Zuardí, fue al baño, sacó agua del inodoro y nos la echo a Marcelo y a mí en la cabeza para limpiarnos la sangre que nos corría a borbotones. 
Como a media hora de estar en la celda, por un costado de la misma  atreves de una pequeña reja, Marcelo  y yo escuchamos a un  policía diciéndole a otro: -Jeso maidito comunita no iban a explotaia a tó, tu no vite la bazuca-
Marcelo me dice: -Nos jodimos, nos van a fusilar de una vez.-  Al parecer fue en esos momentos cuando descubrieron la bazuca y los proyectiles.


MARTIROLOGIO  DE BALDEMIRO CASTRO Y SU GRUPO.
El 20 de junio de 1965, estando yo instalado en la casa de Jorge Pichardo, en San Francisco,  me viene a visitar mi gran amigo y compañero Baldemiro Castro.  Al cual tenía dos años que no veía.
 Cuando supo que yo estaba en el pueblo de San Francisco de Macorís, hizo que el dirigente del Movimiento Popular Dominicano: MPD, Abel Rodríguez, lo llevara a verme. Al  principio no lo reconocía estaba totalmente cambiado, barbudo, con un sombrero de cana,  una camisa  manga larga  de henequén, de la que usan los campesinos cuando hacen una promesa;  con tres medallas de vírgenes ajustada al bolcillo izquierdo;   un pantalón de fuerte azul y una media bota.   Yo le dije que mi función allí, era operador de la bazuca que habíamos llevado.
Lo vuelvo a ver en la madrugada del 25 de junio, cuando el plan es develado y soy llevado a la misma celda donde estaba  Baldemiro Castro,  bañado en su sangre. Al reconocerme me dice: -Hemos, fracasamos-
Baldemiro Castro era considerado el segundo jefe del levantamiento de San Francisco de Macorís y el máximo dirigente del Movimiento Popular Dominicano; MPD, en la zona. Él tenía la misión de atacar el Cuartel de la Policía con su grupo de emepedeistas. Fue capturado en hora de la tarde en una casa  en construcción, cerca del Cuartel de la Policial, el día 24 de junio de 1965, por un contingente de policías. Con el cayeron 4 de los más altos dirigentes del  MPD, en San Francisco de Macorís. El apresamiento de Baldemiro y su posterior asesinato, fue una perdida sensible para el  MPD, el movimiento  revolucionario nacional y el proyectado levantamiento armado. Fue un revolucionario a carta cabal.
Como a las 3 de la madrugada, el Coronel Ramón A. Soto Echavarría, jefe de la policía de San Francisco; parado frente a las rejas de la celda con un proyectil de bazuca en la mano, le dice a Baldemiro Castro: -¡Mira comandante, los que les cogimos a tus hombres; dizque comandante, coño. ¡Come mierda!-  Baldemiro Castro, casi muerto de los golpes, con un  ojo fuera de su centro, se paró agarrándose de los barrotes y le respondió: -¡Mas comemierda es usted coño! ¡Cobarde! ¡Yo soy muy macho!-  el coronel Ramón Soto Echavarría le contesto: -No te apure que horita vamos a saber quién es comemierda-
Al poco rato entró con un pelotón de policías y según él  iba señalando: -tú, tú, tú, tú, tú….-.  Los policías iban sacando de la celda a los prisioneros: Baldemiro Castro, Frank Sosa Duarte, Abrahamcito Vargas, José Jiménez conocido como José Carañao. El capitán mirándonos a Marcelo de la Cruz y a mi  le dice: -jefe y esos dos.- A lo que Soto Echavarría  le contesta: -¡A eso lo dejamos para horita! Desde ese momento los demás detenidos que estaban en la celda,  se fueron alejando de nosotros. Éramos los dos presos más peligrosos.
A Baldemiro Castro y su grupo lo pasaron a la celda de la tortura. Donde varios policías con palos y tubos demolieron los cuerpos hasta dejarlo sin vida.   Nosotros no veíamos nada, pero escuchábamos el ruido sordo de los palos y los tubos en la viva carne de los martirizados. No gritaron, ni se quejaron. A la media hora,  para simular un enfrentamiento, bajaron los despojos al patio y en son de orgia diabólica los tableteos de las ametralladoras Thomson y  San Cristóbal, se hacían sentir sobre los cuerpos  sin vida.
Esa noche siguieron llegando prisioneros, ente ellos los tres hombres ranas, que habían mandado a San Francisco: Mirambó, Ruiz Batista y el sargento Lama.  A las 5 de la mañana del 25 de junio de 1965, se escuchaban  intensos tiroteos en todo el pueblo.
Luego supe que el 25 de junio a las 7 de la mañana, 16 cadáveres ametrallados  y descuartizados.  Atados con alambres de púas,  yacían  tirados en la puerta del Cementerio Municipal. 
Las torturas eran dirigidas por el coronel Ramón A. Soto Echavarría, jefe de la policía de San Francisco de Macorís.
Ramón A. Soto Echavarría, fue el primer jefe que tuvo la policía Nacional salido de su propia fila, mediante el decreto No. 3837, del 9 de Junio del 1958.  El cual duro en el cargo desde el 9 de junio de 1958 hasta el 8 de marzo de 1959.  Todos los Jefes policiales anteriores provenían de las Fuerzas Armadas.
En el momento de la guerra patria de abril de 1965, ostentaba el rango de coronel y era el jefe de la policía de la provincia de San Francisco de Macorís.  El 28 de marzo del año  1967, es elevado a General de Brigada transitorio y nombrado Jefe de la policía Nacional, cargo que desempeñó  hasta el 6 de septiembre de 1967.



UNA ESPERANZA EN EL INFIERNO
 A las 6 de la mañana del 25 de junio de 1965,  aterrizo en el patio del Cuartel General de la Policía de San Francisco de Macorís, un helicóptero con personal de Los Derechos Humanos de la OEA.  Desde la celda vemos subir al segundo nivel a varios hombres vestidos de negros con folders en las manos y de aspecto anglosajones.  En seguida dos policías pusieron una mampara de madera frente a la puerta de la celda donde estábamos.
Según la información que tuvimos después; al llegar esos personajes, se pararon los fusilamientos en la fortaleza Duarte y en el Cuartel General de la Palacio de San Francisco de Macorís.
Ahora los ejecutaban en los caminos y los enterraban en los montes. Como ejemplo tenemos los casos de  Sostenes Peña Jáquez y a Rodrigo Lozada, los cuales después de haberse rendido y ser hecho  prisioneros; fueron fusilados  en la finca de Pedro González y enterrando ahí mismo.

El 26 de junio llego la noticia a la ciudad de Santo Domingo, la emisora  Constitucionalista, informando de los acontecimiento de San Francisco de Macorís y dio una lista de los muertos donde estaba yo.
Mis padres van donde el hermano del combatiente Domingo de  la Mota, conocido como Motica, que era sargento de la policía y había estado de puesto en San Francisco de Macorís.  Él  le dio una nota a mis padres, para que fueran por lo frente del Cuartel General de la Policía de San Francisco, donde una señora espiritista que era famosa por sus predicciones. Donde ella iban a consultarse  los policías, guardias y civiles. Una hija de esa señora había sido novia de Motica.
Mis padres en la consulta le dieron el nombre falso que yo tenía como periodista; la espiritista en trance, les dijo que ese no era mi nombre verdadero. Y les dijo: -A él no lo han matado todavía. Je, je, je, je…Ni lo van a matar! Ese musié, tiene un espíritu que lo protege, un espíritu muy fuerte! Váyanse tranquilo que a él no le va a pasar más de lo que le ha pasado. Yo le aseguro que está vivo y no lo van a matar!-
El 29 de junio de 1965, me trasladaron junto a un grupo al Palacio de la Policía de la ciudad de Santo Domingo. A los 5 días de estar allí, es que me interrogan. Después de varios interrogatorios me envían a una solitaria.
 En el Palacio de la Policía dure diez días. Hasta que nos llevaron a  todos el grupo de San Francisco de Macorís, para la cárcel de la Victoria. Yo Salí en los días finales del  mes de agosto de 1965, en el último grupo de los intercambios  por policías y  militares del CEFA;  prisioneros en la Zona Constitucionalista. De inmediato me incorpore al Comando del Hotel Comercial, en la Zona Constitucionalista hasta el 3 de septiembre cuando Caamaño le informa al pueblo su renuncia, dándole paso al gobierno provisional de García Godoy.












3 comentarios:

  1. Esta reseña histórica de labios del propio protagonista, y sobreviviente que nos relata sus vivencias. A mi me resultó muy interesante porque sus anécdotas entre jocosa y tristes con verdadero realismo lograron sacarme varias carcajadas incluso algunas lagrimas ante la realidad que vivió, admiración frente al coraje de defender los ideales patrióticos del grupo. Tampoco olvidó el papel de la mujer dentro de tantos combates. Además las estrategias que utilizaron para armarse de cualquier manera luego ser testigo de un trágico crimen y sin poder hacer nada. Es muy sorprendente como él con tanta precisión pudo recordar tantos nombres de personas, direcciones más detalles tan explícitos en tiempo, fechas, días y horas, a pesar del pasar de los años transcurridos. El señor Fidel Guzmán Soto, ha recibido un merecido homenaje. Agradezco a este medio por instruirnos al respecto y felicito al escritor porque su interesante investigación no se perderá ni podrá pasar desapercibida para las siguientes generaciones.

    ResponderEliminar
  2. Ésa son las persona Honesta qué necesitas él Govierno y capacitada en todos los ámbito sociales

    ResponderEliminar
  3. Ésa son las persona Honesta qué necesitas él Govierno y capacitada en todos los ámbito sociales

    ResponderEliminar