Del Libro Heroes relatos de los excombatientes de abril
Yo soy Fidel Guzmán Soto. Conocido
ampliamente como Fidel, aunque a partir del 1968, por estrategia política se me
dio el apodo de ¨El Morenito¨, ya que
tenía que hacer trabajos políticos en el
interior.
Yo nací en la casa de Doña Pola, en la calle
José Martí, esquina Barahona, en el barrio de Villa Francisca el 23 de
noviembre de 1941.
En el año 1943, mis padres se mudaron a la
calle Barahona frente al patio de la Escuela Julia Molina. Hice el segundo de
primaria en la Escuela Gerardo Hansen
hoy Escuela Cuba. Al fundarse la Escuela
Republica Dominicana ingreso a ella hasta el sexto curso. En el año 1958 paso
al liceo Eugenio María de Hostos que era la normal nocturna. Me acuerdo que al
salir del liceo en el año 1960, pasábamos por la calle Duarte y en la número
12, estaba el Movimiento Popular Dominicano: MPD; yo y unos cuantos estudiantes
nos parábamos dizque a mirar las vitrinas pero era para escuchar los que decían
por los altos parlantes en contra de Trujillo.
Un grupo de estudiantes del Liceo Eugenio María de Hostos y de la
Perito Contador que estaba en la calle Luperón con Hostos, hacíamos letreros en
los baños de ambos liceos en contra de Trujillo. Varios de esos estudiantes
fueron apresados como fue el caso de Nelson Escoto y Braulio Martes. Algunos
abandonamos los estudios por un tiempo.
A
partir de esas alocuciones es que empiezo a desarrollar en mí interior un
sentimiento político anti trujillista. A pesar de que mi padre Fidel Guzmán
Castro, fue unos de los que participo en el movimiento anti trujillista que se
dio en los años 1946-47; Se cuidaba de
no hablar contra el régimen delante de sus hijos, pues éramos muy jóvenes.
Él era
carpintero de la Caobera Industrial que era la empresa procesadora de madera
más importante del Caribe en ese entonces; era propiedad del tirano Rafael
Leónidas Trujillo Molina, pero el general del Ejército Nacional Joaquín Cocco
era el testaferro.
¡QUE SE VAYAN LOS TRUJILLOS! ¡QUE SE VAYAN LOS TRUJILLOS!
Al producirse el ajusticiamiento del tirano
Trujillo Molina, me sumé activamente a la lucha que en ese momento desarrollaba
una gran parte de la población contra los remanentes del trujillato. Participe
en las jornadas de luchas de la calle Espaillat los días 19 y 20 de octubre de
1961, en contra de los remanentes del trujillato donde fueron
asesinados por ¨los polis guardias¨, los
estudiantes Tirso Roldan Vargas Almonte, Rafael Curiel (Pichicote), José Cerda,
Dimayo Salcie entre otros; participe en las caserías contra los calieses y los paleros de Balá. Desde el
gobierno del Consejo de Estado hasta las elecciones del año 1962. Mantuve una
militancia activa en el 1J4, a través de sus células políticas y militares.
Así mismo mi padre y sus familiares y amigos
que fueron del Movimiento Anti Trujillista de los años 40, convirtieron mi casa
en un centro de coordinación para las actividades políticas del momento;
principalmente a partir de la llegada del Partido Revolucionario Dominicano
PRD, en julio de 1961.
En septiembre
de 1961 Miguel Soto, fundó junto a un grupo de obreros y empleados el
Frente Obreros Unidos Pro
Sindicatos Autónomos (FOUPSA), primera organización sindical de carácter autónoma
nacional; su local principal estaba en
la avenida 30 de Marzo esquina México.
En enero de 1962, yo entro a FOUPSA,
como asistente del presidente; allí hago amistad con el Secretario
General Mario Sánchez Córdova, quien a la vez era dirigente del Partido
Socialista Popular: PSP. Es cuando Máximo Molina, presidente del Movimiento
Popular Dominicano, me designa como
contacto entre FOUPSA y el MPD. Con la división de FOUPSA, provocada por
la Embajada de los Estados Unidos, yo salgo de FOUPSA.
En el mes de mayo, entro a trabajar al recién
formado Instituto Agrario Dominicano: IAD; creado mediante la Ley No. 5879, el 27 de abril del
1962. Su local estaba en la antigua Estancia Radhamés, en el solar donde hoy
está el Teatro Nacional. Hago amistades
con varios dirigentes del 14 de Junio que trabajan allí, entre ellos con
Rodrigo Losada, José Daniel Ariza, Floreal el españolito, entre otros.
Un
días del mes de mayo, el entonces Sargento de la Marina de Guerra Rafael
Gutiérrez Puello, conocido como Puellito, quien fue de los marinos que se
fueron a alta mar en una fragata, sublevado contra el intento de Balaguer y
Rodríguez Echavarría de quedarse en el poder hasta las elecciones del año 1962.
Él y
yo, nos entrevistamos con el presidente del Movimiento Revolucionario 14 de
Junio. El doctor Manuel Aurelio Tavarez Justo (Manolo), en el local del partido ubicado en la calle Hostos esquina Conde y
nos manifestó la necesidad de la creación de las células del 14 de Junio en el
Ensanche La Fe, a lo que acepte ya que conocía el sector, pues desde el año 1957, residía en la calle Juan
José Duarte (antigua 27), Numero 34, con
mis padres.
GOLPE
DE ESTADO A BOSCH Y ETAPA CONSPIRATIVA
Cuando le dan el golpe de estado al profesor
Juan Bosch, el 25 de septiembre del 1963, yo estaba asignado a la oficina del
IAD, en la provincia de Nagua. Allá yo era miembro del Departamento
Socio-económico; pero ese día yo estaba en la capital o sea en Santo Domingo visitando a mis padres en el
Ensanche La Fe. A las 5:00 de la mañana
del 25 de septiembre, Pepito Bosch, hermano del presidente y vecinos nuestro,
ya que vivíamos frente a frente. En la calle Juan José Duarte (antigua 27). Él
vivía en una casa de dos niveles donde en la primera planta tenía su taller
industrial. Llama a mis padres los
cuales eran muy buenos amigos y le dice que han tumbado a Juanito, nombre con
el que él llamaba a su hermano el profesor Juan Bosch.
Nos
levantamos todos y salimos en expectativas, pero no recibimos ninguna respuesta
política a tomar. Al aumentar las horas iban aumentando los efectivos
militares, policiales y los chivatos; a la vez que se sentía una incertidumbre
en la población.
A partir de ese momento la casa de mis padres
se convierte en una casa de los conspiradores perredeístas. Se hacían reuniones
frecuentes con los diputados Miguel Soto, Miguel Ángel de Camps; los
hermanos Mundito y Emmanuel Espinal,
Casimiro Castro, Barón Suero, Yolanda Guzmán y varios dirigentes medios y altos
del PRD. A demás una parte de los catorcistas también nos reuníamos en la casa, para coordinar nuestras propias
acciones y a la vez enterarnos de los aprestos conspirativos del PRD. Muchas de
las informaciones de conspiración y acciones anti triunviratos, se la hacíamos
llegar al Buro Militar del 1J4. A través de German Camarena que era un contacto
con ese organismo del 14 de Junio.
Antes del alzamiento a las montañas el 28 de
Noviembre de 1963, de Manuel Aurelio (Manolo) Tavares Justo y el grupo que lo
acompañaba, yo hice contacto con el Buró
Militar del 14 de Junio, específicamente con Baby Mejía, Luis Parris y German
Camarena. Yo tenía dos células militares constituidas, las cuales funcionaban
paralelas a la célula de dirección del 14 de Junio, en el Ensanche La Fe; una
de cinco personas y otra de cuatro.
Desde los días que se insurreccionó
en las montañas el 1J4, tanto las células militares como las de
organización, en el Ensanche La Fe, participaron en todas las actividades que
trazaba la Dirección de Organización del Distrito Nacional, como las que
emanaban del Buro Militar.
En el mes de enero de 1965, se reúne José
Francisco Peña Gómez con el entonces Coronel Rafael Nivar Seijas, en mi casa de
la calle Juan José Duarte, (antigua 27), número 34, casi esquina Francisco
Villaespesa. Reunión coordinada por
Miguel Soto a través de Femelón Contreras. En esa reunión estaban Miguel Ángel
de Camps, Miguel Soto y mi padre Fidel Guzmán Castro. La reunión fue a las 12
de la noche. se creó una guardia de
vigilancia donde estaba Ismael Guzmán, luchador de lucha libre conocido como
¨El Bucanero¨, Lelo Abad y yo.
Esa noche el Coronel Nivar Seijas, puso como
condiciones, para apoyar el movimiento pro derrocamiento del Triunviro y el regreso
de Bosch; Dejar entrar al doctor Joaquín Balaguer, para que participara en las
elecciones y eliminar a los dirigentes de Unión Cívica.
Yo participe en todas las jornadas de lucha
en contra del Triunvirato tales como por la libertad de los guerrilleros del
1963 y la no deportación de los mismos. Las movilizaciones estudiantiles, los
micro mítines y mítines; el movimiento huelgario que arranco en los primeros
meses del año 1964, así como el Congreso Obrero de los días 5, 6 y 7 del mes de
marzo de 1965.
24
DE ABRIL DE 1965 INICIO DE LA REVOLUCION
En el momento
en que José Francisco Peña Gómez, daba su acostumbrada alocución por
Radio Comercial, en mi casa había un grupo de compañeros tanto del PRD, como
del 14 de Junio que siempre nos reuníamos para escuchar a Tribuna Democrática;
tan pronto José Francisco Peña Gómez, anunció el levantamiento de los militares
constitucionalistas. Manolo Pombo, un
español Republicano que era colaborador del 1J4, el cual tenía un camión y
empezó a sonar la bocina y se fueron acumulando gentes del barrio. Llenamos el
camión de gentes y salimos por todos los barrios de la capital. Llegamos a la
calle el Conde y luego en la Mercedes con Duarte una patrulla de Casco Blancos
nos haces presos con todo y camión y nos llevan a la Fortaleza Ozama.
Éramos como 30 personas y amanecimos en la
fortaleza hasta el otro día 25 de abril en la mañana; cuando el Coronel
Despradel Brache, nos reunió a todos en el patio de la Fortaleza. Habíamos más
de trecientos detenidos. El Coronel nos
arengó diciéndonos que no fuéramos tan
tontos, que no nos dejáramos engañar por un grupito de militares rebeldes. Que
todo estaba bajo el control del gobierno. Que él nos iba a dar la libertad,
pero si caíamos presos otra vez, las cosas iban a hacer diferentes. Como a las
10 de la mañana nos dieron la libertad.
A las 3 de la tardes de ese día 25 de abril,
un grupo del Ensanche La Fe, cogimos para el Palacio Presidencial a pies. En el
camino veíamos muchas gentes caminando hacia el Palacio. Cuando llegamos todas
las calles aledañas estaban repletas de gentes y el jardín del palacio también.
Al empezar el bombardeo como a las 5 de la tardes, muchas personas penetraron
al Palacio. Yo fui uno de esos y estuve allí hasta las 7 de la noche.
El 26 de abril, desde temprano de la mañana
salimos un grupo de militantes políticos y gentes sin partido del ensanche
La Fe, hacia el Puente Duarte también a
pies. Algunos armados con bombas de fabricación caceras, cuchillos, machetes,
puñales y revolver.
Una vez allí, estuvimos hasta las 1 de las
tardes, haciendo diferentes trabajos productos del momento. El Capitán Peña
Taveras, junto a otros militares constitucionalistas dirigía las operaciones.
FORMACIÓN
DEL COMANDO CUCARACHA 20
Ya en el Ensanche La Fe, como a eso de las 6
de la tardes del 26 de abril, se me aparece Bolívar García, mejor conocido como
Juan Miguel García, a mi casa con un fusil Máuser y 150 tiros y me dices: ¿qué
vamos a hacer ahora?
Juan Miguel García y yo éramos amigos desde
finales de los años 50, en el Ensanche La Fe. Después del ajusticiamiento de
Trujillo, él trabajaba en un estudio fotográfico en la avenida Máximo Gómez casi
esquina Mauricio Báez, frente al
Restaurant Maxim. Y me conseguía los cartuchos vacíos donde venían los rollos
de películas fotográficas y con ellos preparábamos las bombas de estruendos. Así mismo logre que se convirtiera en un
cooperador del 14 de Junio. Antes de haber ingresado a la Fuerza Aérea como
fotógrafo en el año 1963.
Después de la guerra de Abril, mi padre Fidel
Guzmán Castro, lo integro al Partido Revolucionario Dominicano: PRD. En el
gobierno de Antonio Guzmán (1978-1982), fue Cónsul y Embajador Extraordinario y Plenipotenciario
de la Republica Dominicana en Japón.
Yo empecé a contactar a los compañeros del
1J4 del sector, que sabían disparar. Fui
donde León Bosch, hijo mayor del derrocado Presidente Juan Bosch, que tenía una pistola Mis Wesson calibre 32;
donde Estevita, que había sido marino y tenía un revolver calibre 38; además contábamos con una ametralladora
Cristóbal; bombas caseras de niples, molotov y bombas de estruendo affa.
El 26 en la nochecita nos constituimos en
comando. Amanecimos de retenes en las azoteas de dos colmados que estaban
ubicados en la esquinas Francisco Villaespesa con Juan José Duarte, antigua 27,
del Ensanche La Fe, los compañeros Juan Miguel García, Fidel Guzmán, León
Bosch, El Bucanero, Adalberto Gutiérrez,
Johnny Maríñez, Lelo Abab, Estevita, Carlos
Campusano, Monchy Abreu, Rafael Guzmán
(Chalengo) y otros.
Al otro día 27 en la mañana, vamos Juan
Miguel García y yo donde Doña Leonor, la propietaria del Cabaret La Culebra,
que estaba en la calle Francisco Villaespesa, donde hoy está la Academia La
Trinitaria. Le explicamos en lo que estábamos y les solicitamos en préstamo el
salo de baile del cabaret, para el asiento del comando; a lo que ella gustosamente acepto.
A las 10 de la mañana, en el mismo lugar escogimos a Juan Miguel
García como el comandante, por sus entrenamientos militares; yo quede como el
comisario político, por ser el dirigente del 14 de Junio en el Ensanche La Fe.
A las 12 del mediodía, almorzamos un
suculento sancocho hecho por mi madre Laura Antonia Soto, conocida en el sector
como Mamá Toña.
Tan pronto se sabe que tenemos un local van
llegando jóvenes de todas las ideologías políticas, principalmente
perredeístas, captorcitas y emepedeistas.
En hora de la tarde salgo para donde Cucuyo
Báez, al sindicato de los trabajadores
de la Manisera, en la calle 21 de Villas Agrícolas. A buscar orientación
política ya que él era el orientador político de las células del 14 de Junio en
la parte norte de la capital. Me da las orientaciones político-militar y
en seguida me entrega una pistola española marca Estar
calibre 38.
Desde
el mismo día 27 los integrantes del comando así como los comandos aledaños, tuvimos
enfrentamientos casi permanentemente con tropas del CEFA y la policía, en las
zonas aledañas al Ensanche La Fe, avenidas San Martin, Máximo Gómez, Ortega y
Gasset; por los alrededores de la Manicera, Intendencia y Transportación.
Ese día en la noche, Juan Miguel García y yo
nos ponemos de acuerdo con crear una contraseña para que en el transito nocturno se puedan identificar
a las personas al pasar por nuestra zona. Juan Miguel García me dice el santo
será Cucaracha y la seña 20. De ahí lo de Cucaracha 20. Yo me encargue de ir a todos los comandos
para informarles que a partir de las 8 de
la noche los centinelas iban a
decir: ¡Quien Vive! El transeúnte responde: - ¡Cucaracha! El retén contesta:
¡Vente! Y lo deja pasar.
Esto
es una anécdota. Una noche el
cocinero del comando de nombre Antonio,
que era homosexual salió hacer la compra para la cena y al regresar ya eran las
9 de la noche. El retén le dice: Quien vive, y
Antonio que se le había olvido la contra seña y dijo: rana, araña. El retén volvió y le preguntó: Quien vive. Y Antonio, asustado le contesta: lagarto. El
retén le dice: a las tres es la vencida y disparo. ¡Quien vive! Antonio nervioso le grita! Coño! Soy yo, Antonio, el maricón que le cocina a ustedes y ahora no me
conocen!
el 28 de abril en la mañana, estando reunido
con un grupo de combatientes del Comando de Blanco Peña, en el parquecito de La Javilla en la Avenida San
Martin, en el Ensanche La Fe; uno de los combatientes, me
cambio su fusil G-3, con tres cargadores por mi pistola. Según me dijo
él quería algo más liviano ya que ese fusil
pesaba mucho. Desde entonces hasta el día 18 de mayo al medio día, fue
mi arma de reglamento.
El 28 en la tarde en los enfrentamiento que
tuvimos en la Manicera y el área del Cementerio es donde el combatiente Niño Cruz, obtiene un fusil
Fal. Desde ese momento se integra al
grupo armado del Comando Cucaracha 20.
Les decíamos Niño el Cojo ya que cojeaba del pie derecho. Era un
centurión en las contiendas.
INGRESO
DE LA RUBIA AL COMANDO CUCARACHA 20
El 28 de abril en la noche me llevan una
mujer detenida que al parecer había violado algunas de las normas que el
comando tenía establecida en la zona; era joven, blanca, rubia y llenita.
Andaba con un pantalón verde olivo y una camisa color caqui. Al otro día como
yo era el Comisario Político, la mande a buscar y empecé a orientarla sobre el
momento político que estaba viviendo el país
y cual debía de ser el papel de la mujer en una revolución. Ese mismo día ella ingreso al
comando. Yo le di un fusil Máuser; se llamaba Mercedes Ramírez, su apodo de guerra: ¨La Rubia¨. Era la única
mujer combatiente que tenía el Comando Cucaracha 20. Dio clase de valor,
patriotismo y compañerismo; en todas las batallas que tuvimos nunca dejo un
compañero herido o muerto en el combate. Fue un combatiente excepcional. Es
bueno señalar que aunque solo la Rubia era la única mujer combatientes en el
Cucaracha 20, habían otras compañeras en el comando que hacían diferentes
actividades. Podemos mencionar a Mamá Toña, Doña María Lachapelle, Beatriz (la
Obrera), Atenea López y su hermana y otras más.
LA
TOMA DE LA FABRICA DE CLAVOS ENRIQUILLO
Después de la toma de la Fortaleza Ozama, se
hizo intento de tomar el Palacio de la Policía, pero fue impedido por las
tropas de intervención. Quienes salieron con grandes tanques, carros de asaltos
y jeeps con cañones 105 ml. Tuvimos que replegarnos pero ese mismo día 30 de
abril, los guardias del CEFA, acantonado en la Fábrica de Clavos Enriquillo,
dispararon hacia el comando Cucaracha 20, hiriendo a tres compañeros
combatientes. Es cuando decidimos sin consultar con el Estado Mayor
Constitucionalista, tomar la Fábrica de Clavos. Ya que antes habíamos pedido
permiso para llevar la operación y el Estado Mayor la había rechazado.
Para la operación, tuvimos refuerzos de los
comandos de los barrios aledaños tales como Villa Juana, Villas Agrícolas,
Villa Consuelo y el comando de la calle Juan de Morfa, dirigido por Roberto
Duvergé y Amiama Vargas dirigentes del 1J4. Los combates empezaron a las 5 de
la tardes y a las 6:30 habíamos tomado la fábrica y neutralizado a los soldados
ocupantes; un total de veinticinco.
Inmediatamente llamamos a la Jefatura de Estado Mayor, al Coronel Héctor
Lachapelle Díaz, para informarles de la situación, el cual nos dijo que no les
hiciéramos daños, ni los despojáramos de sus armas cortas. Que los dejáramos ir
en los mismos vehículos que ellos habían llegado. Y así los hicimos.
Tenían muchos fusiles, granadas y proyectiles
en sus cajas. Lo que indica que se estaban preparando, llevando a la fábrica
material bélico para una gran ofensiva
en nuestra contra. Muchas de esas armas las repartimos entre los comandos
participantes.
A partir de ese momento el Comando Cucaracha
20, era el comando mejor armado de la parte norte de la ciudad de Santo
Domingo.
Empezaron a llegar nuevos combatientes
civiles y militares para formar parte de nuestra tropa de combate. Llegando a
tener 78 combatientes bien armados incluyendo una mujer. Algunos de los
militares del comando, habían sido capturados en las refriegas y luego de un trabajo de concientización se
integraban de lleno en la acción del comando; incluso uno de ellos lo reclute
para la operación de San Francisco de Macorís. Un día capturamos a un militar
yanquis, que supuestamente se había extraviado. Le quitamos el jeep el fusil y
la pistola que portaba y lo entregamos a la Cruz Roja.
ATAQUE SORPRESIVO DEL CEFA EL 10 DE MAYO DE
1965 A LOS COMANDOS CUCARACHA 20, EL BLANCO PEÑA Y EL PASITO POLANCO
El 10 de mayo a las 3 de la tarde, los
guardias que estaban acantonado en Transportación y el Hipódromo Perlas
Antillanas, inician la primera gran ofensiva contra el Comando Cucaracha 20, el
de Blanco Peña y el de Pacito Polanco. Vienen bajando desde la Ortega y Gasset
hacia la Máximo Gómez con un batallón a pies y la infantería de blindados al
frente.
Esa tarde peleamos en todo el Ensanche La Fe,
por los patios y callejones. Yo quede entrampado en un patio ubicado en la
manzana entre las calles 27 y 29 con Mauricio Báez y Paraguay.
Los combates son tan intensos que los
combatientes constitucionalistas, se ven obligados a cruzar la avenida Máximo
Gómez y pedir esfuerzos de los demás comandos, pues la capacidad de fuego del
enemigo era muy superior a la nuestra.
En
horas se reagrupan y organizan un contra ataque, resurgiendo como arte de
magia por todas las boca calles decenas
de combatientes, verdaderos guerreros;
iniciándose un contra ataque donde los guardias del CEFA, se ven obligado
a huir desordenadamente con todos los
jeeps y tanques blindados hacia el hipódromo, Intendencia y Transportación.
En esos fieros y heroicos combates se
destacaron los combatientes constitucionalistas: El Curita (fusilado en el
tronco de la javilla), Juan Miguel García, Rafa Gamundy, Niño Cruz, Blanco
Peña, Domingo de la Mota, el ex pelotero Amor Díaz, Carlos Campusano, La Rubia,
Cuqui Fernández, Arturo Mesa, José Manuel de la Mota, Gilberto Veras Regulis,
apodado Motica, El Bucanero, José Leal, Monchy Abreu, Blanco Peña, Tumulito,
Antonio el guardia, Pacito Polanco, Fidel Guzmán y muchos otros más.
Gilberto Veras Regulis (Motica), fue el gran
centauro operando una ametralladora calibre 30 ml, desde un jeep, manejando y
disparando a la vez, por todo el lindero
izquierdo de la Ortega y Gasset, hasta Transportación, produciéndole decenas de
bajas al enemigo. Con esa máquina de guerra se pasó toda la noche.
EL
FUSILAMIENTO EN LA MATA DE JAVILLA DE LA CALLE MAURICIO BAEZ.
Ese día 10 de mayo, pusimos dos retenes en la esquina Mauricio
Báez con Juan José Duarte (antigua27); El compañero Carlos Campusano, con dos
granadas de mano y el compañero apodado El Curita, con un fusil Máuser. Son
atacados desde la Paraguay con Juan José Duarte (antigua 27), por un grupo de guardias y por la Mauricio
Báez esquina Juan Alejandro Ibarra (antigua 29), con dos tanques. El Curita, se
atrinchera en la mata de javilla, (que está todavía en la calle Mauricio Báez casi esquina Juan José
Duarte), mientras que Carlos Campusano
sube al techo del edificio de dos niveles que queda detrás de la mata de
javilla.
Los guardias que avanzan desde la Paraguay
con Juan José Duarte (antigua 27), hacia a la esquina Mauricio Báez con Juan
José Duarte (antigua 27) y les lanzan sendas granadas a El Curita, que se
encuentra semis protegido por la mata de javilla; pero se ve obligado a
penetrar a uno de los apartamentos del edificio de dos niveles detrás de la
mata de javilla. El edificio es
inmediatamente rodeado por dos tanques de guerra y un sin números de soldados
del CEFA. Los soldados rompen las puertas de los apartamentos y logrando sacar
a El Curita y a cuatro civiles, no combatientes que vivían en el edificio.
En eso
sacan a un inquilino con un niño de meses en los brazos, heridos por los
fragmentos de granadas. Un guardia, le arrancan el niño de los brazos y lo tira
al suelo. La madre que asustada llora
impávidamente, lo recoge y es amenazada con ser fusilada. El esposo se llamaba
Eduardo Gómez, quien es sumado al grupo y llevado al tronco de la mata de javilla
donde son ametrallados por varios soldados del CEFA. Bajo las miradas impotentes de cuatro niños
que ahora quedan huérfanos y la madre apodada Chichí, que ha perdido a su
esposo. Todavía al otro día 11 de mayo, lloraba recostada del cadáver mutilado en el
tronco de la javilla.
OPERACIÓN LIMPIEZA
El 15 de mayo fue que arranco el desesperado
y genocida plan denominado ¨Operación Limpieza¨. Ideado por los asesores
militares norteamericanos y ejecutado por el Gobierno de Reconstrucción
Nacional y el Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas CEFA. Los primeros
comandos atacados son el Cucaracha 20, el Blanco Peña y el Pacito Polanco, que
éramos los más próximos a Transportación e Intendencia del Ejército, al
Hipódromo Perlas Antillana, al Cementerio y la zona Industrial de la avenida
Máximo Gómez.
Después de varias horas de fieros combates,
nos vemos obligados a cruzar la avenida Máximo Gómez. En ese momento hieren en la pierna derecha,
al comandante Juan Miguel García. Aun así, él se parapeta en un tanque MX que
no tenía municiones y sigue combatiendo al enemigo que avanza con todo lo que tiene:
tanques, jeeps de asaltos, camiones blindados, tanquetas, helicópteros, bazucas; más de mil efectivos y la logística del
ejercito yanquis de intervención de su lado.
Nos concentramos en el barrio de Villa Juana,
en la calle Summer Well (antigua 21),
entres las esquinas Mauricio Báez
y Paraguay. Coordinamos entrar por la calle Américo Lugo, con un tanque MX, que
les aviamos cogido prestado al comando de Villa Consuelo. Los combatientes
íbamos detrás. El tanque no tenía proyectiles, pero los enemigos no lo sabían.
Lo iba conduciendo un combatiente apodado El Chino y otro cuyo nombre no
acuerdo ahora. Freddy de la Rosa, a quien le llamábamos Freddy el Pintor, iba
encima con un Fal. Llegando a la puerta del cementerio que da a la calle
Américo Lugo, el tanque fue impactado por un disparo de bazuca. El Chino y el
que iba con él, quedaron con graves
quemaduras en el cuerpo y Freddy el
Pintor, con las dos piernas mutiladas. El combatiente apodado Pipí la Guerra lo
llevo al hospital Morgan.
Después de ese accidente, yo y un grupo nos
fuimos al Comando de Villas Agrícolas, que lo dirigía Cucuyo Báez y González
Espinosa (Guayubin). Una vez en el
Comando de Villas Agrícolas, ya había una coordinación con los demás comandos de la zona norte, para
preparar el contrataque al Cementerio de la Máximo Gómez que había quedado en
manos de los del CEFA. Duramos 5 días de intensos combates sin tregua desde
el 14 hasta el 18 de mayo; día y noche peleando por el control del
cementerio como punto estratégico. Desde los combates en el cementerio, hasta
el día 18 en la tarde, no hubo un solo momento de tregua, los combates contra
las tropas del CEFA, se producían calle por calle, callejones por callejones.
RETIRADA
HACIA CIUDAD NUEVA
Bajo zafarrancho de combate, fuimos a parar a la calle 17 con avenida
Duarte, donde estuvimos dándolo el todo por el todo hasta el 18 de mayo, cuando
recibimos la orden del Comando Central del 14 de Junio de retirarnos hacia
Ciudad Nueva.
El Comandante Cucuyo Báez, ordena recoger las
armas automáticas a un equipo de combatientes preparado para esos fines. Y el 18 de mayo en la tardecita cada cual por
su cuenta va cruzando el Cordón de Seguridad. A las 4:30 yo llegue al Cordón de
Seguridad que tenían los gringos en la Avenida Teniente Amado García Guerrero
esquina avenida Duarte. Ya lo habían cerrado. Me dijeron que lo abrirían a las
5:00 de la tarde. Fue cuando cojo por la Concepción Bona, subiendo hacia la Bartolomé Colon en Villa Consuelo, donde
un tío, a cambiarme la ropa que estaba
demasiado sucia de 5 días con sus noches
de combates.
Cuando llego a la calle Bartolomé Colon, en la cuartería donde vivía mi
tío no había nadie. Abro una llave de
agua, que había en el patio, bebo y me
lavo la cara; al salir veo un guardia en la casa del frente que me llama
apuntándome con un fusil Fal. Cuando voy
me pregunta que yo hago ahí, a lo que yo
le contesto que yo vengo de los Alcarrizo a ver un tío mío el cual desde que
estalló la guerra no lo hemos visto. Después de mucho interrogatorio me deja
ir. Ya toda esa zona estaba siendo militarizada por el CEFA. Se escuchaban
grandes detonaciones de los combates en el Mercado de Villa Consuelo y sus
alrededores.
Vuelvo al Corredor de Seguridad con más miedo
que vergüenza porque tengo las ropas que llevo puesta sucias, pero al llegar un
gringo me revisa y me dice ¡Get the fuck,
out of here, man! Y
sigo caminando hacia el parque Enriquillo. Allí una Avanzada Constitucionalista
me interroga. Al llegar a la calle Benito me encuentro con Miguel Ángel de
Camps, y me dice ¡Muchacho, donde estaba metido?, pensábamos que te habían
matado! Me lleva a la calle Arzobispo Porte donde vivía Paulú. Allí entré al
baño me bañé y lave las ropas, la cual me las puse semis mojadas. Ese mismo día
en la noche, me llevaron al Comando San Lázaro. Una vez allí, me dedique a
buscar a los compañeros del Cucaracha 20 que estaban en la Zona
Constitucionalista. Nos juntamos como 10 en la Clínica Adelaida, en la calle
Duarte, donde estaba interno el
Comandante Juan Miguel García, recuperándose de las heridas recibidas el 14 de
mayo.
El Coronel Héctor Lachapelle Díaz, nos ubica
en un casa colonial de dos niveles, en la calle Hostos por los frente del Hotel
Comercial. Nos manda al Capitán de la Aviación Lorenzo Sención Silverio, como
Comandante. El Comandante Silverio, nos dice que a partir de ahora ustedes no
son un comando civil sino militar, bajo
la dependencia de los militares Constitucionalista; con los rigores de la
disciplina militar.
Éramos los encargados de la seguridad de los funcionarios
del gobierno Constitucionalistas y periodistas que estaban hospedados en el
Hotel Comercial. Somos nombrados Blanco
Peña, un combatiente apodado Tumulito y yo como Segundo Oficiales de Reten.
MI
PARTICIPACIÓN EL 15 Y 16 DE JUNIO DE 1965.
El 15 de junio de 1965, en la madrugada a mí me tocaba ser el Oficial de Reten de 12 de la noche a 6 de la
mañana, en el Comando del Hotel Comercial, en la calle Conde esquina Hostos.
Yo tenía un fusil Máuser pequeño, ya que el
fusil mío un G-3, lo había mandado para San Francisco de Macorís. A las 9 de la
mañana se empiezan a oír disparos que se van intensificando según van
pasando las horas.
Como a las 11 de la mañana, los que estábamos
sin servicio, subimos por la calle Hostos con un grupo del 1J4 y varios
combatientes de diferentes comandos. Al llegar a la esquina Las Mercedes, los
hicimos tomándole el tiempo a una ametralladora M-60mm que tenían los gringos
instalada en lo alto de Los Molinos, manteniéndonos a rayas en esa esquina
donde no podíamos cruzar libremente. Llegamos hasta la Ruina de San Francisco,
en el barrio de San Antón.
Después de dos horas, baje al Comando porque
tenía como tarea principal la custodia de los legisladores, periodistas y
funcionarios constitucionalistas hospedados en el Hotel Comercial.
A eso de las 6 de la tarde, subimos Blanco Peña, Tumulito y yo a la torre
del edificio Baquero, ubicado en la calle el
Conde, para disparar desde allí a Los Molinos. Donde estaban
atrincherados los francotiradores de la 82ava División Aerotransportada: John
Smith, Wilson y Lucas. Que eran parte de una brigada de francotiradores
yanquis.
Coordinamos hacer un disparo y bajar. Hasta llegar a la cuenta de tres disparos
cada uno. Pero solo pudimos hacer uno cada uno. No terminando bien de bajar el último de los tres, una andanada de
plomos de ametralladoras M-60 y 50mm, desfiguraron la fachada de la torre del
edificio Baquero.
Según
los rumores entre los soldados yanquis, los rebeldes constitucionalistas tenían muy bueno
francotiradores; ya que los soldados
muertos tanto yanquis como del CEFA, en
su gran mayoría eran con proyectiles de fusiles
Máuseres. Cuyo alcance es mayor que el
de un M-16.
El 16 de junio, subimos tempranos un grupo.
Yo estuve por algunas calles del barrio de San Antón, hasta el mediodía.
Recibimos la orden del Estado Mayor y del
Comando del 1J4, de recoger todos los cartuchos vacíos para rellenarlos de
nuevo, porque se estaban escaseando los proyectiles.
PREPARATIVO
PARA SAN FRANCISCO DE MACORIS.
En la primera semana del mes de junio de 1965,
el Comando Central del 14 de Junio, nos convoca a un grupo de combatientes
fogueados para coordinar acciones de comando en la retaguardia del CEFA, y de
las tropas invasoras. A mí me toco en 3 ocasiones hacer trabajo de inteligencia
como preámbulos de acciones militares.
En esos mismos días el compañero Homero
Hernández y Alfredo Conde, vienen a visitar a Blanco Peña y a mí al Comando del Hotel Comercial, para
informarnos el plan de extender la revolución a otros lugares, fuera de la
capital plan que cuenta con el respaldo del gobierno Constitucionalista de
Caamaño; el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, el Partido Revolucionario
Dominicano, el Movimiento Popular
Dominicano, El Partido Revolucionario Social Cristiano y el Partido Socialista
Popular. Nos encargan el reclutamiento
de algunos de los mejores francotiradores del Cucaracha 20 y de otros comandos
de la parte norte de la ciudad de Santo Domingo; para enviarlos a San Francisco de
Macorís.
Empezamos a entrenar 12 compañeros donde
estaban Blanco Peña, Tumulito, un guardia llamado Adriano y yo. Hera un entrenamiento especial que consistía en
arme y desarme de fusiles y ametralladoras 30 y 50; operación y arme y desarme
de bazucas; prácticas de tiros fijos con miras telescópicas y sin miras
telescópicas y unas series de entrenamientos físicos de resistencias
psicológicas en situaciones de alta
peligrosidad. Mi grupo estaba listo para
partir el 17 de junio. Todos estábamos preparados para pasar como periodistas,
con nuestros respectivos documentos y herramientas para teles fines. Los
acontecimientos del 15 y el 16 de junio, nos hizo posponer el viaje.
Los encargados de trasladar y ubicar los
combatientes y las armas en San Francisco de Macorís, eran los compañeros Leal
Prandy conocido como La Chuta, Luis Parrish, Tolingo, Virgilio, Sagrada Bujosa,
Cristinita Díaz, Teresita Espaillat y otros.
Salimos el 18 de junio para San Francisco de
Macorís, Blanco Peña, el administrador de la telefónica de San francisco de
Macorís y yo. El vehículo tenía el membrete que decía ¨PRENSA¨. Iban con
documentación de periodistas Luis Parrish y Cristinita Díaz; fueron los que nos llevaron.
A Blanco Peña lo dejamos en la finca del padre de Arlette Fernández;
al Administrador de la Telefónica, en la ciudad, pues él era de allí. A mí me
llevaron a la casa de Doña Nenita Pichardo, la esposa del poeta Antonio
Chaveve; mientras me ubicaran en la casa de su hermano Jorge Pichardo, que era
el lugar donde yo iba a estar hasta el
día de los asaltos a la Fortaleza y al Palacio Policial provincial.
LOS DIFÍCILES MOMENTOS VIVIDOS EL 24 Y 25 EN
SAN FRANCISCO DE MACORIS
El 24 de junio a las 5 de la tarde Homero
Hernández que estaba hospedado junto con
Bienvenido Leal Prandy, conocido como La Chuta, Marcelo de la Cruz e Ivelisse
Acevedo; al lado de donde yo estaba
hospedado, me dice que me acostara temprano porque al otro día en la madrugada
iba a hacer el alzamiento y que me iba a mandar a buscar en la noche. Cene y me
acosté.
Como a las 12 de la noche ciento un ruidos de
vehículo. Era un jeep que se paró frente a la casa donde yo estaba y el ruido
me despertó. Me levanto, me pongo las botas, pues me acosté con la ropa puesta; pensando que es Homero, que me ha
mandado a buscar. No salgo de una vez. Si no que entre abro lentamente la
persiana para ver y lo que veo es unos
policías con linternas enfocando el vehículo Chevrolet azul que esta
estacionado frente a la casa que es el vehículo que tiene la bazuca.
Uno de los policías dice: -Teniente vamos a allanar esa casa para ver de quién es ese
vehículo- El teniente le contesta: -no, vamos a buscar refuerzo y volvemos-. Se van.
Yo salgo por el patio de la casa y me dirijo
a la casa donde esta Homero Hernández y el grupo. Encuentro a Homero en la
cocina junto a los demás haciendo una lista para la distribución de los
hombres. Les pregunto que si ellos no sintieron un jeep de la policía, que se había parado hacia unos segundo y me
dicen que no. Entonces yo empiezo a explicarle. Inmediatamente Homero autoriza a Bienvenido Leal Prandy (La Chuta),
Marcelo de la Cruz y a Ivelisse Acevedo que cojan el vehículo Chevrolet
azul que es donde estaba la bazuca y que se vayan conmigo al lugar donde
teníamos que desarmar los asientos para sacar la bazuca y los proyectiles y me dice: -Mas tarde te
mando a Franklin Rancier, que va hacer tu artillero.
El lugar acordado era un garaje situado
próximo al Cuartel de la Policía de San Francisco de Macorís. En ese lugar
sacaríamos del escondiste preparado en el vehículo, la bazuca y los proyectiles
de la misma. El plan era hacer algunos disparos de impacto directo a puntos neurálgicos
del cuartel policial, para lo Cual necesitaría de Franklin Rancier y un par de
combatientes que debían protegernos; pues tanto el bazuquita como el artillero
en el momento de la acción quedan casi desprotegidos. Luego de esta operación Marcelo de la Cruz nos
trasladaría en el vehículo al área de la fortaleza del Ejercito Nacional, para
hacer varios disparos; los proyectiles que llevamos eran de demolición de
edificaciones.
Cuando llegamos al lugar, Marcelo de la Cruz
que era el chofer, cuadra el vehículo para entrarlo al garaje y le dice a La
Chuta que baje para abrir la puerta del garaje. Cuando La Chuta baja y está
introduciendo la lleve, sentimos que se nos están acercando dos jeeps de la
policía y en eso salimos todos del vehículo. La Chuta, tiene tiempo de
escabullirse por los callejones del sector. Marcelo y yo huimos casi una cuadra
de patio en patio; de casa en casa, hasta caer en un patio que tenía un
callejón sin salida. Desde ahí sentíamos a la policía rodeando todas las
manzanas y allanando las casas.
Cuando los policías llegan a la casa donde
nosotros estábamos escondidos; levantan a todos los moradores y al entrar al patio, nos sorprenden en el
callejón. Estábamos desarmados, no hicimos resistencia.
Dio la coincidencia que donde estamos era el
patio de la casa de Doña Nenita Pichardo. Quien sale al patio en el momento
donde un sargento nos tiene contra la pared y soba la carabina y me la pone en
la cabeza. Doña Nenita, se para en medio del sargento de la policía y nosotros
y grita: -¡Yo no voy a permitir eso en mi casa! Eso es un abuso tanto policía para dos
hombres desarmados- El teniente ordena que nos saquen. Montan en el jeep a
Marcelo primero, luego a mí. Al tirarme en el jeep, caigo a boca abajo, el
sargento que nos iba a matar me da un culatazo en la espalda y se le zafa un tiro de la carabina. El
teniente lo desarma y nos llevan al cuartel.
En el Cuartel policial el jefe era el Coronel Ramón Soto Echavarría.
Cuando llegamos estaba interrogando a Ivelisse Acevedo. Para llegar a su
despacho había que pasar por una fila india formada por más de vente policías con garrotes; los cuales nos iban
dando garrotazos por todo el cuerpo hasta llegar donde Ramón Soto Echavarría. Ahora Soto Echavarría, ebrio
de odio y alcohol con los ojos y la voz de un demente nos interrogaba voceando
palabrotas impublicables. A todo esto nosotros sangrando y sin aliento. Decimos
que estábamos de tránsito.
Entonces furioso, colérico, fuera de sí;
Ordena a los policías que nos den otra tanda de garrotazos antes de trancarnos. En eso un capitán lo aborda diciéndole: -¡Comandante y tan
pronto?- Entonces él le responde:
-¡Repíquenlo al entrar a la celda!- cuando llego a la celda, caigo de un
garrotazo en los pies de Baldemiro Castro. Un
policía con el uniforme gris manchado de sangre y sudor, arremete contra
los dos aun en la celda. Billo Gómez Zuardí, fue al baño, sacó agua del inodoro
y nos la echo a Marcelo y a mí en la cabeza para limpiarnos la sangre que nos
corría a borbotones.
Como a media hora de estar en la celda, por
un costado de la misma atreves de una
pequeña reja, Marcelo y yo escuchamos a
un policía diciéndole a otro: -Jeso
maidito comunita no iban a explotaia a tó, tu no vite la bazuca-
Marcelo me dice: -Nos jodimos, nos van a
fusilar de una vez.- Al parecer fue en
esos momentos cuando descubrieron la bazuca y los proyectiles.
MARTIROLOGIO DE BALDEMIRO CASTRO Y SU GRUPO.
El 20 de junio de 1965, estando yo instalado
en la casa de Jorge Pichardo, en San Francisco,
me viene a visitar mi gran amigo y compañero Baldemiro Castro. Al cual tenía dos años que no veía.
Cuando
supo que yo estaba en el pueblo de San Francisco de Macorís, hizo que el
dirigente del Movimiento Popular Dominicano: MPD, Abel Rodríguez, lo llevara a
verme. Al principio no lo reconocía
estaba totalmente cambiado, barbudo, con un sombrero de cana, una camisa
manga larga de henequén, de la
que usan los campesinos cuando hacen una promesa; con tres medallas de vírgenes ajustada al
bolcillo izquierdo; un pantalón de fuerte
azul y una media bota. Yo le dije que mi función allí, era operador
de la bazuca que habíamos llevado.
Lo vuelvo a ver en la madrugada del 25 de
junio, cuando el plan es develado y soy llevado a la misma celda donde
estaba Baldemiro Castro, bañado en su sangre. Al reconocerme me dice:
-Hemos, fracasamos-
Baldemiro Castro era considerado el segundo
jefe del levantamiento de San Francisco de Macorís y el máximo dirigente del
Movimiento Popular Dominicano; MPD, en la zona. Él tenía la misión de atacar el
Cuartel de la Policía con su grupo de emepedeistas. Fue capturado en hora de la
tarde en una casa en construcción, cerca
del Cuartel de la Policial, el día 24 de junio de 1965, por un contingente de
policías. Con el cayeron 4 de los más altos dirigentes del MPD, en San Francisco de Macorís. El
apresamiento de Baldemiro y su posterior asesinato, fue una perdida sensible
para el MPD, el movimiento revolucionario nacional y el proyectado
levantamiento armado. Fue un revolucionario a carta cabal.
Como a las 3 de la madrugada, el Coronel
Ramón A. Soto Echavarría, jefe de la policía de San Francisco; parado frente a
las rejas de la celda con un proyectil de bazuca en la mano, le dice a
Baldemiro Castro: -¡Mira comandante, los que les cogimos a tus hombres; dizque
comandante, coño. ¡Come mierda!-
Baldemiro Castro, casi muerto de los golpes, con un ojo fuera de su centro, se paró agarrándose
de los barrotes y le respondió: -¡Mas comemierda es usted coño! ¡Cobarde! ¡Yo
soy muy macho!- el coronel Ramón Soto
Echavarría le contesto: -No te apure que horita vamos a saber quién es
comemierda-
Al poco rato entró con un pelotón de policías
y según él iba señalando: -tú, tú, tú,
tú, tú….-. Los policías iban sacando de
la celda a los prisioneros: Baldemiro Castro, Frank Sosa Duarte, Abrahamcito Vargas,
José Jiménez conocido como José Carañao. El capitán mirándonos a Marcelo de la
Cruz y a mi le dice: -jefe y esos dos.-
A lo que Soto Echavarría le contesta:
-¡A eso lo dejamos para horita! Desde ese momento los demás detenidos que
estaban en la celda, se fueron alejando
de nosotros. Éramos los dos presos más peligrosos.
A Baldemiro Castro y su grupo lo pasaron a la
celda de la tortura. Donde varios policías con palos y tubos demolieron los
cuerpos hasta dejarlo sin vida.
Nosotros no veíamos nada, pero escuchábamos el ruido sordo de los palos
y los tubos en la viva carne de los martirizados. No gritaron, ni se quejaron.
A la media hora, para simular un
enfrentamiento, bajaron los despojos al patio y en son de orgia diabólica los
tableteos de las ametralladoras Thomson y
San Cristóbal, se hacían sentir sobre los cuerpos sin vida.
Esa noche siguieron llegando prisioneros,
ente ellos los tres hombres ranas, que habían mandado a San Francisco: Mirambó,
Ruiz Batista y el sargento Lama. A las 5
de la mañana del 25 de junio de 1965, se escuchaban intensos tiroteos en todo el pueblo.
Luego supe que el 25 de junio a las 7 de la mañana, 16 cadáveres
ametrallados y descuartizados. Atados con alambres de púas, yacían
tirados en la puerta del Cementerio Municipal.
Las torturas eran dirigidas por el coronel Ramón A. Soto
Echavarría, jefe de la policía de San Francisco de Macorís.
Ramón A. Soto Echavarría, fue el
primer jefe que tuvo la policía Nacional salido de su propia fila, mediante el decreto
No. 3837, del 9 de Junio del 1958. El
cual duro en el cargo desde el 9 de junio de 1958 hasta el 8 de marzo de 1959. Todos los Jefes policiales anteriores provenían
de las Fuerzas Armadas.
En el
momento de la guerra patria de abril de 1965, ostentaba el rango de coronel y
era el jefe de la policía de la provincia de San Francisco de Macorís. El 28 de marzo del año 1967, es elevado a General de Brigada
transitorio y nombrado Jefe de la policía Nacional, cargo que desempeñó hasta el 6 de septiembre de 1967.
UNA
ESPERANZA EN EL INFIERNO
A las
6 de la mañana del 25 de junio de 1965,
aterrizo en el patio del Cuartel General de la Policía de San Francisco
de Macorís, un helicóptero con personal de Los Derechos Humanos de la OEA. Desde la celda vemos subir al segundo nivel a
varios hombres vestidos de negros con folders en las manos y de aspecto
anglosajones. En seguida dos policías
pusieron una mampara de madera frente a la puerta de la celda donde estábamos.
Según la información que tuvimos después; al llegar esos
personajes, se pararon los fusilamientos en la fortaleza Duarte y en el Cuartel
General de la Palacio de San Francisco de Macorís.
Ahora los ejecutaban en los caminos y los enterraban en los
montes. Como ejemplo tenemos los casos de Sostenes Peña Jáquez y a Rodrigo Lozada, los
cuales después de haberse rendido y ser hecho prisioneros; fueron fusilados en la finca de Pedro González y enterrando ahí
mismo.
El 26 de junio llego la noticia a la ciudad
de Santo Domingo, la emisora
Constitucionalista, informando de los acontecimiento de San Francisco de
Macorís y dio una lista de los muertos donde estaba yo.
Mis padres van donde el hermano del
combatiente Domingo de la Mota, conocido
como Motica, que era sargento de la policía y había estado de puesto en San
Francisco de Macorís. Él le dio una nota a mis padres, para que fueran
por lo frente del Cuartel General de la Policía de San Francisco, donde una
señora espiritista que era famosa por sus predicciones. Donde ella iban a
consultarse los policías, guardias y
civiles. Una hija de esa señora había sido novia de Motica.
Mis padres en la consulta le dieron el nombre
falso que yo tenía como periodista; la espiritista en trance, les dijo que ese
no era mi nombre verdadero. Y les dijo: -A él no lo han matado todavía. Je, je,
je, je…Ni lo van a matar! Ese musié, tiene un espíritu que lo protege, un
espíritu muy fuerte! Váyanse tranquilo que a él no le va a pasar más de lo que
le ha pasado. Yo le aseguro que está vivo y no lo van a matar!-
El 29 de junio de 1965, me trasladaron junto
a un grupo al Palacio de la Policía de la ciudad de Santo Domingo. A los 5 días
de estar allí, es que me interrogan. Después de varios interrogatorios me
envían a una solitaria.
En el
Palacio de la Policía dure diez días. Hasta que nos llevaron a todos el grupo de San Francisco de Macorís,
para la cárcel de la Victoria. Yo Salí en los días finales del mes de agosto de 1965, en el último grupo de
los intercambios por policías y militares del CEFA; prisioneros en la Zona Constitucionalista. De
inmediato me incorpore al Comando del Hotel Comercial, en la Zona
Constitucionalista hasta el 3 de septiembre cuando Caamaño le informa al pueblo
su renuncia, dándole paso al gobierno provisional de García Godoy.