lunes, 7 de diciembre de 2015

NATI ANDUJAR (LA CHINA), EXCOMBATIENTE DEL COMANDO PEDRO CADENA.

Mi nombre es Ana Altagracia Apolinar Andújar, nací el 10 de abril de 1949, en Santo Domingo Distrito Nacional, en la calle Altagracia número 74,  del barrio de San Carlos. Cuando tenía  5 años de edad mis padres se mudaron a la calle Tomas de la Concha número 51, próximo a la calle Feliz María Ruiz. Estudie en la escuela Arzobispo Valera, ubicada en la Jacinto de la Concha, allí hice desde el primero hasta el sexto curso de la primaria.  Cuando estalla la revolución yo recién cumplía 16 años. A esa edad yo no pensaba en tener amores, ni sabía de política. Vivía junto a mis padres y hermanos en la calle Félix María Ruiz entre avenida Duarte y  José Martí, frente a la carbonera de los cibaeño. Mis sentimientos revolucionarios son productos de las conversaciones que yo oías de mis primos Cesar Augusto y Ulo Aristy Melo, que eran miembros del Movimiento Revolucionario Catorce de Junio: 1J4. Hablaban de la falta de libertad, de las torturas, los calieses, los paleros; las luchas de los obreros y estudiantes en contra de los remanentes de la tiranía. Del derrocamiento del profesor Juan Bosch, del alzamiento de Manolo a las montañas y de la corrupción  del triunviro Donald Reíd Cabral.

Esa tarde del 24 de abril de 1965, yo estaba trabajando, limpiando una peluquería que quedaba frente a la iglesia del Carmen en Ciudad Nueva. Con el bullicio de las gentes y los vehículos, Salí para mi casa. Cuando llego veo  una multitud. Me dicen que a unos de los cibaeños de la carbonera lo habían matado y estaba tendido en el pavimento con una sábana blanca encima. Yo curiosa al fin le levante la sabana para verlo; tenía la cabeza destrozada y se le veían los sesos esparcidos. Esa imagen la tengo grabada como si hubiese sido ayer.

Ya en mi casa me pongo junta con mis hermanos, primos y vecinos a fabricar bombas molotov; tarea a la que incorporo a  Isabelita una amiga de la escuela,  más o menos de mí edad que vivía en la calle Ravelo casi esquina Juana Saltitopa.  La falda que tengo en la foto que salgo con la ametralladora Cristóbal, es color kaki;  es del uniforme escolar que se usaba en la época. La falda del uniforme escolar tenía que estar por debajo de las rodillas.

Al otro día 25 de abril, temprano en la mañana, salimos un grupito hacia el Puente Duarte a esperar los tanques, armados de bombas molotov. En la tardecita nos sorprendieron los aviones. Salimos a refugiarnos donde se pudiera y al mismo tiempo  voceando ¡Armas para el Pueblo! ¡Armas para el Pueblo!

El 26 de abril, asaltamos el destacamento policial de Villa Francisca. Isabelita tomo un revolver calibre 38 y yo cogí una ametralladora Cristóbal;   a la perrera, como le llamábamos a la guagua de la policía con pintura blanca Isabelita y yo la llenamos de letreros que decían: PUEBLO. PUEBLO. PUEBLO.
Desde ese momento a todos los vehículos policiales y militares que capturábamos les poníamos pueblo. Entonces formamos un grupo dirigido por Pedro Cadena. Ese día desde temprano los aviones de San Isidro bombardeaban con furia. Eran muchas las muertes, destrucciones e incendios de casas de maderas.  La Marina se unió a los de San Isidro y  desde los barcos lanzaban cañonazos que caían en los patios de las casas matando a muchas personas. Las muchedumbres salían con los espejos en las manos y eran barridos por las metrallas de los aviones.

El 27 de abril desde las siete de la mañana, los aviones no cesaron de bombardear el puente Duarte al tiempo que  los tanques  del CEFA lanzaban bombas y metrallas desde Villa Duarte.  Isabelita y yo estuvimos por los alrededores del Puente, sacando gentes de los escombros, disparándoles a los aviones y recogiendo heridos para que las ambulancias los llevaran al Morgan o al Moscoso Puello.  Eran tantos los muertos que las ambulancias de la Cruz Rojas y los Bomberos no daban abasto y se improvisó una fosa común.  Los cadáveres en muy mal estado, sin cabezas, pedazos de brazos y piernas eran arrojados a una cueva o fosa que había en un solar de la calle Feliz María Ruiz esquina José Martí, frente  donde la modista Celeste tenía su taller de costura y alquilaba trajes de novia y de damas de honor.  Les ponían leñas para que cogieran fuego y así evitar una  epidemia.

A las cuatro de la tardes después del gran e incesante bombardeo,  entraron los tanques, camiones blindados y los miles de guardias del CEFA. Tuvimos fuerte enfrentamiento en todas las bocas  calles aledañas al puente. En el ruido del combate y los incendios de las bombas, se escuchaba un bullicio de grito y arenga: ¡Llegaron los Ranas! ¡Llego Caamaño! ¡Ahora es que se va apelar, cobarde coño! ¡Es muy fácil desde arriba vamos a ver si es verdad que el gas pela! Gritaba Pedro Cadena.  Mientras un grupo de combatientes salía desde los escondrijos, los patios y los callejones con bombas molotov, tirapiedras, garrotes,  armas blancas y de guerra. En la Félix María Ruiz con Juana Saltitopa un guardia nos lanzó una granada que todavía tengo pequeños fragmentos en las piernas. Pero no vivió para contarlo.

El 28 de abril, los aviones siguieron atacando. Mientras íbamos limpiando la zona de los combates de cadáveres los cuales muchos fueron tirados al rio Ozama. En eso corre un mar de rumores entre ellos se espera la llegada de Juan Bosch en cualquier momento; otro dicen que se han exiliado en embajadas todos los funcionarios del gobierno provisional; pero lo que más ha extendido el pánico es que se está rumorando que los yanquis ya  están en  Haina y que hay un portaviones en alta mar dispuestos a invadirnos. Se ven en el cielo algunos helicópteros norteamericanos dando viajes hacia San Isidro. El pánico y los rumores eran tanto que la mayoría de los guardias que estaban con el pueblo se viraron. Muchos civiles abandonaron los comandos. La mayoría de los capitaleños salían huyendo a esconderse donde amigos y familiares en el interior del país. Fue donde ideamos coger la Fortaleza Ozama para con esas armas enfrentar a los invasores.

El 29 de abril, siguen los aviones disparando en todas direcciones sin un objetivo claro.  Mas la amenaza yanquis sobre nuestros hombros. Ahora era más frecuente ver hasta diez helicópteros en el aire. No llega la noticia de que ya están aterrizando en San Isidro, los paracaidistas yanquis.
Todos los comandos envían los mejores guerreros para el ataque a la fortaleza. Necesitábamos armas.

El 30 de abril a las 10 de la mañana, entramos a la fortaleza Ozama una vez allí, el coronel Lora Fernández, instruyo que se  mandara dos hombres ranas a cada comando. Me acurdo de los que les toco al comando Pedro Cadena uno se llamaba Antonio Manzueta y otro apodado Cucaracha. Mi accionar en la revolución y luego guerra patria estuvo circunscripto a los barrios San Carlos, San Antón, San Miguel, Santa Bárbara, San Lázaro, Ciudad Nueva y Villa Francisca.

El 30 de abril, a las dos  de la tarde, los soldados yanquis han ocupado el Puente Darte y vienen avanzando y desarmando a los combatientes. En este estado de confusión, estamos esperando una respuesta del Estado Mayor Constitucionalista y es cuando el Coronel Francisco Alberto Caamaño desde  la emisora Constitucionalista dijo: ¡Fuego, fuego contra los yanquis invasores!  Todos los combatientes que estábamos cerca corrimos a enfrentarlos; en la calle Juana Saltitopa esquina Francisco Henríquez y Carvajal, cae abatido por el plomo del yanqui invasor el comandante Pedro Cadena.  Tenía más o menos  veinticinco años; era alto, buen mozo, delgado y color mulato. Fue el primer líder de la revolución que mataron los gringos cuando avanzaban desde San Isidro por el puente Duarte, formando el corredor de seguridad. La batalla se extendió hasta el otro día. Esa noche fue una noche de la Patria. Los mejores francotiradores de los comandos fueron al frente.

A pedro Cadena en medio de un fuerte tiroteos los  velamos donde él vivía junto a su mamá en la Juana Saltitopa nuero 61, al otro día primero de mayo,  trasladamos el féretro al  local del comando  que estaba en la Juana Saltitopa, entre Feliz María Ruiz y Benito González. Yo fui de la que hice guardia de honor y a las dos de la tardes salimos un grupo bajo tiros a enterrarlo a pies desde Villa Francisca al cementerio de la Máximo Gómez.

Bajo una lluvia de plomos de los franco tiradores  yanquis en todo el trayecto del camino.  Memo, Pachiro,  Tina, Pedro Mena,  Isabelita y yo éramos del grupo armados que íbamos en la avanzada despejando el paso; en el trayecto se nos iban uniendo compañeros armados de los comandos de Villa Consuelo, Villa Agrícolas y Villa Juana.  Antes de salir me cambiaron la carabina Cristóbal por un fusil máuser, que cogía seis balas. El trayecto se nos hizo largo por los continuos zigzaguear  saliendo de un callejón a otro y cruzando las calles agachadas arrastrando muchas veces el ataúd hasta llegar al cementerio donde había otros enterrando sus muertos y cavando una fosa común.
Cuando salimos del cementerio fuimos convidados a participar en la batalla de la Fábrica de clavos Enriquillo, allí conocí a la Rubia que formaba parte del comando Cucaracha 20.

A partir del 2 de mayo hago guardia nocturna en el comando Pedro Cadena. El primer día se me zafo un tiro hacia riba.



El 15 y el 16 de junio, fue la gran batalla contra los yanquis invasores. El 15 en la mañana tropas yanquis mataron al combatiente Freddy Jiménez, en la calle Juana Saltitopa miembro del Comando Pedro Cadena, ya habían matado al combatiente Batata, de la Avanzada  uno del B-3,  en la Jacinto de la Concha y en la tarde al subcomandante del comando B-3 Jacques Viau Renaud y heridos a los comandantes Pedro Bonilla del B-3 y a Jaime Cruz de Los Rolitas.

 En la Escuela Arzobispo Valera funcionaba una avanzada del comando del MPD, otra de Los Rolitas y el Comando Central del B-3. Como a las cinco de la tarde  un mortero yanquis, derribo una pared de la escuela Arzobispo Valera donde estaba el Comando B-3 y en fuego cruzado nos trasladamos  al cine Atena. 

 Yo vivía en la Feliz María Ruiz paralela a la Ravelo entre Avenida Duarte y José Martí.  El cine Atenas, hacia patio con mi casa. Hicimos un boquete en la pared del cine Atenas para sacar las armas del Comando B-3; una vez las armas en el patio las introducíamos en colchonetas y las seguíamos pasando por los patios hasta cruzar la avenida Mella, para abastecer a los combatientes que estaban luchando en Santa Bárbara,  San Antón y San Miguel.

Los yanquis con camiones y jeeps bien artillados, en filas indias bajaban con centenares de marines y paracaidistas, por  las Avenidas Duarte y José Martí hacia Ciudad Nueva; pero formamos en esos barrios un muro humano de contención. El alto mando constitucionalista mando a recoger los cartuchos vacíos para rellenarlos. Escaseaban las municiones, pero estábamos dispuestos a morir por la patria antes que rendirnos.

Los enfrente juntos con los bravos combatientes Eliseo Andújar alias Lilito Barahona, Pichirilo, Isabelita, Norge Botello,  Tina Lozano alias Bazuca, Jaime Cruz,  Belkys Maldonado alias La Coquí, los Hombres Ranas  apodados El Zurdito, Cucaracha y Antonio Manzueta; Alfredo Toussaint,  Argentina Macario, Freddy Jiménez, Virgilio Martínez, Héctor Muñoz,  Emigdio Sosa, Memo, una combatiente de San Miguel apodada La Niña, La Coronela Gladys,  y Amparo una combatiente de San Carlos del Comando Los Rolitas; los hermanos Aristy Melo, Henry Segarra, Rafaelito Bueno, los hermanos Mangá, Tony el Osito, Miguel el loco que era el combatientes de mayor edad en el grupo y  andaba en un tanque de guerra.   Miles de combatientes de todos los comandos dimos el todo por el todo en esos dos días gloriosos.  

Bajos intensos fuego de bombas y bazucas; granadas y morteros; metrallas y fusiles;  enterrábamos a nuestros muertos, bajando por la calle Juan Isidro Pérez hasta a salir por los alrededores del destacamento de los bomberos de la avenida Mella; luego salíamos al cementerio Independencia. Sacábamos a los heridos de los escombros y seguíamos combatiendo.


La que tiene el fusil es Nati Andújar, apodada ¨La China¨, del comando Pedro Cadena; el 24 de abril de 1965, contaba con 16 años de edad.  La que tiene el revolver es la combatiente Isabelita. Quienes gritaban el 28 de abril en la avenida Duarte ¡PATRIA O MUERTE!


El excombatiente Darío Olivo, nos cuenta: yo conocí a La China, cerca de la calle Juana Saltitopa, luego en el barrio  San Carlos, en la calle  Montecristi. Esa  si fue dura con los gringos cuándo echaban las alambradas. Tenía una Cristóbal.

El excombatiente Emigdio Sosa del comando POASI,  nos cuenta que: -El 16 de junio de 1965, en la mañana, voy cruzando del barrio  Santa Bárbara al barrio  San Antón, en combate contra las tropas yanquis de ocupación y en una boca calle me encuentro yo y un  grupo de compañeros combatientes con La China, enfrentando con un fusil máuser a las tropas yanquis que intentaban tomar la placita de San Antón. Al vernos nos llamó y me acuerdo como ahora que una señora desde un callejón de la calle Celestino Duarte le paso una taza de avena con chocolate y ella le dijo no gracias y me la dio a mí. Nos acantonamos en las ruinas de San Francisco, cerca del liceo Argentina.

El excomandante del comando del MPD, Harry Jiménez, conocido como Memo, hablando de las mujeres de abril nos dice: -Mira, yo  conocí a la China del Pedro Cadena; ella es de aquí, de Santa Bárbara y San Antón. Era una combatiente 1-A.



Entrevista a Nati Anduajar (LA CHINA) del Libro: Relatos de los Combatientes de Abril 1965 del Investigador Tirso Medrano


4 comentarios:

  1. Me pareció muy interesante e instructivo saberlo todo por medio de una verdadera sobreviviente. Además le hizo recodar a mi madre esa terrible época porque ella tenia 18 años y sus padres no me permitieron involucrarme en dicho acontecimiento trasladándola al interior del país. Le agradezco mucho a Tirso Medrano por escudriñar hasta haber logrado obtener esta entrevista.

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  2. Muchas felicidades de nuestra parte.

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  3. Cuáles son los argumentos de que la china andújar está guardando prisión en una cárcel de la República Dominicana

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  4. Alguien conoce los motivos por lo que esta valerosa patriota esta guardando prisión.

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